No hay imagen disponible

Gana incertidumbre en España

El partido de Mariano Rajoy, actual presidente de España obtuvo más votos que cualquier otra formación política en la elección general de ayer, pero con los escaños obtenidos no logró conformar una mayoría que le permita formar un gobierno.

El conservador Partido Popular tendrá que negociar una coalición que le permita a Rajoy permanecer cuatro años más como presidente. 

Albert Rivera, líder de Ciudadanos - el partido más cercano a la ideología del PP - dijo que no pactaría con Mariano Rajoy. 

"Estamos abriendo una nueva época en la historia política de nuestro país. España ya es otra y estamos orgullosos de la campaña que hicimos”
Iñigo Errejónjefe de campaña de Podemos
Es la primera vez en la historia de la democracia española en donde ninguno de los cuatro partidos principales tendrá más del 30 por ciento ni menos del 10 por ciento de los votos
“Estamos abriendo una nueva época en la historia política de nuestro país. España ya es otra y estamos orgullosos de la campaña que hicimos”
Iñigo Errejónjefe de campaña de Podemos

El partido de Mariano Rajoy, actual presidente de España obtuvo más votos que cualquier otra formación política en la elección general de ayer, pero con los escaños obtenidos no logró conformar una mayoría que le permita formar un gobierno.

El conservador Partido Popular tendrá que negociar una coalición que le permita a Rajoy permanecer cuatro años más como presidente. 

Albert Rivera, líder de Ciudadanos – el partido más cercano a la ideología del PP – dijo que no pactaría con Mariano Rajoy. 

Bajo las circunstancias actuales es muy probable que pasen semanas antes de que se conozca la forma final que tomará el nuevo gobierno y algunos  analistas se aventuran a decir que las circunstancias están dadas para esperar una segunda vuelta en los primeros meses de 2016.

A pesar de quedar en tercer lugar, el ganador de la noche fue Podemos. El partido de Pablo Iglesias logró una remontada importante, cuando hace unos meses parecía ir en total declive. 

No le alcanzó para ganar las elecciones pero el número de diputados que tendrá en el congreso ayudarán a que Podemos se consolide y deje de ser una moda pasajera. 

Como se había anticipado hace unos días, Ciudadanos y Albert Rivera se quedaron cortos con respecto a sus expectativas iniciales y no lograron repetir el éxito de hace unos meses en Cataluña. 

Adiós al bipartidismo

La victoria del PP no es contundente. La realidad es que en España todavía no ha ganado nadie. 

A pesar de alzarse con la mayoría de los votos, Rajoy no podrá gobernar con libertad y por el momento no se sabe exactamente qué forma tomará el nuevo gobierno o sí él lo podrá encabezar. 

Existen varias posibilidades, pero el rechazo que los otros tres partidos punteros han expresado con respecto al PP, hacen difícil pensar que una coalición se negociará rápidamente. 

Lo único claro después de que se contabilizó el 100 por ciento de los votos es que ha comenzado una nueva etapa en la vida democrática española, donde el diálogo efectivo entre los cuatro partidos será indispensable para lograr acuerdos.

Los defensores del bipartidismo creen que gobernar con cuatro fuerzas políticas, que rara vez coinciden, hará que España se estanque y pocas reformas puedan ser implementadas.

Para los que han quedado satisfechos con el resultado, el adiós al bipartidismo abre las puertas para la renovación política del país, la cual le dará cabida a una democracia más diversa y participativa. 

Desde 1982 los dos grandes partidos siempre habían sumado al menos dos tercios de los votos y un mínimo de 282 de los 350 escaños del Congreso.

PSOE el gran perdedor

El Partido Socialista Obrero Español cayó al cuarto lugar en la capital del país, por debajo de Podemos y Ciudadanos.

En Madrid el PP consiguió 12 diputados de los 36 que se disputaban. Podemos logró 8 escaños, mientras que Ciudadanos y PSOE lograron 7, pero el partido de Pedro Sánchez consiguió un menor porcentaje de votos que todos los demás. 

La derrota del PSOE en Madrid hará que los miembros de ese partido reevalúen a su dirigente. Pedro Sánchez competía por ese distrito y la derrota ha abierto signos de interrogación sobre su capacidad de liderazgo. 

En Cataluña y el país Vasco, el partido de Pablo Iglesias se convirtió en la primera fuerza política, por lo que más allá de los escaños obtenidos por el PSOE, Podemos ha dado muestras claras de ampliar su popularidad en ciudades estratégicas del país. 

Para el partido liderado por Pedro Sánchez, este resultado electoral ha sido el peor de su historia. La diferencia total de los votos obtenidos entre el PSOE y Podemos fue de apenas 300 mil votos. 

Irónicamente para el PP, este también ha sido el peor resultado en la historia para un partido ganador. 

¿Qué sigue?

El apoyo de Ciudadanos (40 escaños) apenas sería suficiente para que Rajoy fuera elegido presidente, pero Albert Rivera no ha dado señales de cambiar su opinión con respecto a un pacto con el actual mandatario. 

Rajoy todavía puede aspirar a una abstención de Ciudadanos en una segunda vuelta y así obtener una mayoría simple para ser investido, pero no es claro que necesitaría ocurrir para lograr que Ciudadanos decidiera optar por esa salida. 

Por otro lado, todavía existe la posibilidad de un pacto entre Podemos y el PSOE, pero hay desacuerdos fuertes entre ambos liderazgos. 

La investidura de Pedro Sánchez todavía no queda fuera de las consideraciones, pero el político que sufrió el descalabro más fuerte tendrá que poner a trabajar a sus negociadores con los demás partidos y ver si es capaz de contruir puentes, inexistentes por el momento. 

El rey Felipe VI, tiene la última palabra para proponer un presidente ante el Congreso, pero el rey no tiene necesariamente que elegir al candidato del partido más votado, sino al que tenga más posibilidades de lograr una mayoría. 

Sin embargo, a pesar de ser parte de la Constitución, Felipe VI no tomará una decisión intransigente que no cuente con el apoyo popular. 

Estas son las primeras elecciones que se celebran bajo su reinado y los analistas coinciden que la decisión sobre el nuevo presidente deberá ser lo más consensuada posible. 

Hay incertidumbre y España no podrá terminar el año con un pronóstico efectivo sobre lo que pasará con el liderazgo del país en los próximos cuatro años.