En junio de este año se cumplieron 5 años del bloqueo de la franja de Gaza por parte de Israel. El bloqueo ha impuesto restricciones a los movimientos de personas y de productos y ha tenido un impacto determinante en la zona.
La continuidad del conflicto, la división interna entre Hamas y Fatah y la contaminación del entorno medioambiental, se suman al bloqueo formando un cóctel explosivo.
Todos los aspectos de la vida de los niños de Gaza están afectados: el doméstico, el comunitario, el medioambiental, el social, el educativo, el psicológico y el físico.
Save the Children y Medical Aid For Palestinians (MAP) publicaron recientemente un informe que analiza la situación de Gaza y de su infancia después de esos 5 años.
Para la realización de la publicación se sirvieron de los datos recopilados por organizaciones palestinas e internacionales pero también hicieron investigaciones de campo y tuvieron en cuenta las recomendaciones de varios expertos en salud.
Es importante tomar en cuenta que para la realización de la publicación se entendió el concepto ‘salud’ tal y como lo define la Organización Mundial de la Salud: “un estado total de bienestar físico, mental y social”. Esto es, no entenderlo únicamente como la ausencia de enfermedades o dolencias.
Las organizaciones insisten en que la perpetuación de esta situación de los infantes supone violar la Convención de los Derechos del Niño.
Inseguridad alimentaria
La dependencia de la ayuda exterior y la dificultad para adquirir alimentos nutritivos o para producirlos tiene una serie de consecuencias.
La primera de ellas es que el retraso en el crecimiento y los riesgos de desnutrición crónica son altos, afectando a un 10 por ciento de menores de 5 años.
Pero esto es sólo un problema de una larga lista. Otro de los problemas señalados derivados de la inseguridad alimentaria es la anemia, que afecta a la mayoría de niños de Gaza (58.6 por ciento de escolares y 68.1 por ciento de bebés entre 9 y 12 años) y a una tercera parte de las madres embarazadas.
En total, el 54 por ciento de los palestinos de Gaza sufre inseguridad alimentaria; 428 mil 500 son niños.
La desnutrición afecta a un 10 por ciento de niños menores de 5 años y la anemia es la causante del 20 por ciento de la mortalidad materna.
Salud y mortalidad
Las enfermedades relacionadas con la carencia de servicios de saneamiento tienen graves repercusiones en la mortalidad infantil, uno de los indicadores más importantes sobre el bienestar o malestar de un país.
Según reporta el informe, un estudio realizado por la revista médica The Lancet señaló que la mortalidad infantil en el primer año de vida no había mejorado en Gaza desde hace décadas, si bien desde el inicio del bloqueo no hay datos concluyentes.
La tasa de mortalidad de 2012 es más o menos igual que la de 1999.
Desde 2007, como consecuencia directa del conflicto, en Gaza han muerto asesinados 605 niños y 2 mil 179 heridos resultaron heridos.
Otros obstáculos que se añaden a los problemas sanitarios son los retrasos y negativas en la emisión de permisos para que los niños de Gaza puedan conseguir tratamiento médico en Israel.
Uno de cada 20 (174 de 3 mil 949) que debían de ser trasladados al extranjero perdieron la posibilidad y algunos de ellos murieron.
Además, las condiciones del bloqueo impiden la entrada de medicamentos y de equipos médicos completos.
La OMS hizo una lista de 480 medicinas y de 700 desechables médicos que consideraba esenciales. Según la Farmacia Central de Gaza, en marzo de 2012 sólo se contaba en el país con 186 medicamentos y el 29 por ciento de los desechables, lo que resultaba muy peligroso porque se acababan reutilizando.
Por último, la ayuda sanitaria va casi toda a Cisjordania como consecuencia de los problemas de coordinación entre las autoridades palestinas (Hamas y Fatah).
Contaminación medioambiental
El hecho de que Gaza sea una de las áreas más densamente pobladas del mundo no contribuye a mejorar los problemas sanitarios.
Además, la tierra disponible se reduce por la zona “tampón” de 1.5 kilómetros impuesta por Israel a lo largo de la valla fronteriza, lo que equivale al 35 por ciento de la tierra cultivable de Gaza.
La tierra agrícola ha sido también dañada por motivos militares y en ella se pueden encontrar armamentos sin explotar.
El problema del agua también es bastante alarmante. Se estima que de aquí a 5 ó a 10 años el acuífero de Gaza, la única fuente hídrica, deje de ofrecer agua adecuada para el consumo humano.
En la actualidad, más del 90 por ciento del agua no cumple con los estándares de la OMS. Las concentraciones de cloruro y nitrato, causantes de anemia y de ciertos tipos de cánceres, son 10 veces superiores a los niveles de seguridad que establece la OMS.
La red de aguas residuales, por otra parte, o está destruida o no se ha reparado. También el proyecto de salinización para solucionar la falta de agua para beber se ha estancado.
Como consecuencia de todo esto, las diarreas líquidas, las sangrantes agudas y la hepatitis viral son las enfermedades más comunes entre los refugiados.
Sólo los ataques aéreos perpetrados en 2011 destruyeron infraestructura hídrica y de saneamiento por valor de 1.3 millones de dólares.
Vivienda
De las 3 mil 500 casas que se destruyeron por completo con la Operación Plomo Fundido, sólo se han reconstruido mil.
En cuanto al agua, sólo el 10 por ciento de la población de Gaza dispone de ella a diario.
Algunos se sirven de generadores para solucionar el problema pero su alto ruido y su combustible fuel son perjudiciales para la salud, pudiendo provocar asma bronquial, saturnismo (envenenamiento por plomo) y quemaduras.
La llegada de la electricidad a las viviendas también es un grave problema. A principios del 2012, había apagones de 12 a 18 horas al día, lo que impedía que llegara el agua corriente y el acceso al tratamiento de aguas residuales.
Conclusiones
Un dato significativo que da bastante cuenta de la situación que se vive actualmente en Gaza es que, antes de 2002, sólo el 10 por ciento de los refugiados dependía de la ayuda de la Agencia de Naciones Unidas. Actualmente, cuando la financiación de las ONG se ha reducido por la crisis, esa cifra ha subido hasta el 70 por ciento.
El informe concluye con recomendaciones a la Comunidad Internacional, a las autoridades palestinas y a Israel.
Este último, como potencia ocupante y según las leyes internacionales de la guerra, es señalado por el informe como “responsable del bienestar de la población civil de Gaza”, aunque no por ello los autores eximan a los otros dos agentes de sus cometidos.
Además de los temas expuestos, el informe también aborda la educación, que se paraliza con frecuencia en medio del conflicto, y la pobreza, que no para de aumentar, siendo el bloqueo una de sus principales causas.
Alrededor de la tercera parte de los niños de Gaza viven en la pobreza y, según el Buró Central Palestino de Estadísticas, el desempleo pasó del 15 por ciento en el año 2000 a más del 30 por ciento en el último trimestre de 2011.