Las elecciones del pasado domingo en Grecia, con un 65 por ciento de participación según el Ministerio del Interior, dejaron un panorama inusual y fragmentado, con 7 partidos en el Parlamento.
La causa de esta ruptura del bipartidismo se debe a que los votantes rechazaron el apoyo de los principales partidos a las medidas de austeridad y a los recortes. Con los resultados sobre la mesa, ningún grupo por separado puede gobernar y las alianzas parecen más utópicas que nunca.
Con el 19 por ciento de los votos, ganó el conservador Nueva Democracia. Sin embargo, no consiguió los 151 escaños necesarios para formar gobierno ni uniéndose al Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), el otro gran partido mayoritario hasta el día de ayer.
Juntos sumaban el 32 por ciento de los votos, pero sólo alcanzaban la cantidad de 149 escaños.
Antoni Samaras, de Nueva Democracia, tenía 3 días para encontrar a un tercer aliado. Pero antes de que pasaran esas 72 horas, se ha dado por vencido. “Hemos hecho lo que hemos podido y ha sido imposible”, explicó ayer.
Izquierda Democrática (o Nueva Izquierda), con 19 escaños y el 6.1 por ciento de los votos, dijo que no quería unirse a esos dos partidos.
Panos Kammenos, de Independientes Griegos, nacionalistas de derecha que han obtenido 33 diputados y un 10.5 por ciento de los votos, se negó a reunirse con Samaras, según informó la cadena estatal NET TV.
La única posibilidad que quedaba era la de formar alianza con la Coalición de izquierda (Syriza) que también apuesta por la permanencia de Grecia en la zona euro, aunque con modificaciones sustanciales en el pacto con la troika (Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).
Siryza fue la segunda fuerza más votada, con el 16.6 por ciento de los votos y 52 diputados.
Sin embargo, el líder de la Coalición de izquierda, Alexis Tsipras, rechazó unirse a Nueva Democracia tras una conversación con Samaras de 40 minutos, según fuentes de AP. El argumento, que sus puntos de vista eran opuestos.
Después de la imposibilidad de Samaras para formar gobierno, es en Tsiprasen en quien recae ahora la responsabilidad de tratar de encontrar aliados.
Según el diario Público.es, esta coalición “Defiende la nacionalización de los bancos y los sectores estratégicos de la economía, las nuevas formas de participación democrática y la instauración de nuevos derechos sociales. Se define como una fuerza democrática, socialista, ecologistas, feminista, anticapitalista y alterglobalizadora”.
Pero Tsipras no está frente al mismo panorama sencillo que el líder conservador de Nueva Democracia.
Pese a su petición de formar “un frente de todas las fuerzas de izquierda”, el Partido Comunista de Grecia (KKE, marxista-leninista), con el 8 por ciento de los votos y 26 diputados, ya anunció que no colaborará con Syriza.
Tampoco es probable que lo haga Izquierda Democrática debido, según informa El País, a rivalidades personales e ideológicas con el PASOK y con Siryza.
Y con los dos otros dos partidos restantes que lograron representación como grupo parlamentario, sería imposible, pues son diametralmente opuestos.
Se trata de Independientes Griegos y de Aurora Dorada, de extrema derecha, que alcanzó el 7 por ciento de los votos y 21 diputados.
En la rueda de prensa del líder del partido considerado como neonazi, Nikolaos Michaloliakos, el personal de seguridad gritó a los periodistas que se pusiesen de pie para recibirlo.
El peligro radica en que pueden ganar adeptos por sus peticiones de que la deuda se condone en su totalidad pero esta parte de su programa es inseparable de su campaña xenófoba, que pasa por colocar minas terrestres en las fronteras para impedir la llegada de más inmigrantes.
La salida que queda si Tsipras no consigue tampoco formar gobierno radica en que Papulias, el presidente saliente, forme un Ejecutivo de amplia base o ecuménico, como le llaman en Grecia, con la representación de todas las fuerzas parlamentarias.
Este esquema tendría como propósito convocar nuevos comicios para junio. Pero para ello también se tendrá que negociar con los grupos parlamentarios.