El presidente de Brasil Jair Bolsonaro y el mandatario de Estados Unidos Donald Trump se reunieron este martes en Washington. Se trata de la primera visita oficial del exmilitar desde que tomó protesta como jefe de Estado del gigante latinoamericano. Este encuentro se debe, en parte, a las similitudes entre el nuevo gobierno brasileño y el estadounidense.
Desde los jardines de la Casa Blanca, Bolsonaro destacó los aspectos que tiene en común con el republicano: ideas conservadoras, religiosidad e incluso deconfianza hacia los medios de comunicación.
Los dos presidentes también aprovecharon la reunión para fortalecer los lazos comerciales, tecnológicos, sociales y de cooperación militar entre las naciones que representan. Además, ambos se comprometieron a mantener una oposición absoluta al socialismo y a todas las ideologías liberales que contraponen los principios de sus gobiernos.
El encuentro también recordó que Bolsonaro y Trump tienen en común un discurso populista y nacionalista con tintes de derecha. Otro punto de encuentro es que sus políticas discriminan a ciertos sectores como los migrantes o las personas racializadas, no obstante, los dos mandatarios gobiernan países con características distintas.
Miriam Madureira, coordinadora del Seminario de Estudios Brasileños (Sembrar), afirma que los dos presidentes son líderes de extrema derecha que tienen ideas racistas.
Madureira agrega que Bolsonaro tiene una postura antiinmigrantes al igual que Trump. El presidente brasileño retiró en enero al país sudamericano del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular a través de una serie de mensajes en la red social Twitter.
Bolsonaro destacó en su momento que la medida se sustentaba en la preservación de los valores nacionales. Durante los últimos años Brasil, el país más grande de Latinoamérica, ha recibido una gran cantidad de refugiados principalmente de Venezuela, Haití y Siria.
De acuerdo con las autoridades brasileñas, entre 700 y 800 venezolanos ingresan todos los días al país por Paracaima, una localidad fronteriza entre Venezuela y Brasil.
Los dos presidentes también tienen en común su rechazo a acuerdos internacionales. Bolsonaro amenazó con seguir los pasos del estadounidense y retirar a Brasil del Acuerdo de París sobre cambios climáticos.
“La radicalización y la polarización en temas cargados hacia la moral son parte de la agenda de ambos mandatarios”, advierte la doctora en relaciones internacionales.
Por ejemplo, los dos líderes están en contra de la interrupción voluntaria del embarazo o el matrimonio igualitario. En el discurso del Estado de la Unión que ofreció en febrero, el presidente estadounidense pidió al Congreso que prohibiera los abortos tardíos de niños “que puedan sentir dolor en el vientre de la mujer”.
Los dos políticos también son religiosos. Trump se describe como cristiano presbiteriano y tiene el apoyo de la derecha religiosa, mientras que Bolsonaro es un católico que publicó un video de su bautismo en el río Jordán en Israel en 2016, adoptó las banderas de las iglesias evangélicas en Brasil y ganó su total apoyo durante las elecciones.
Ambos jefes de Estado también tienen un estilo de comunicación directa en el que usan las redes sociales para transmitir sus ideas, propuestas y mensajes, incluso las políticas oficiales. Al mismo tiempo, son duros y críticos con la prensa.
Sin embargo, Ramírez Uresti menciona que Brasil y Estados Unidos son países que no se pueden dirigir bajo las mismas estrategias porque las características de sus sociedades, sus posiciones geopolíticas y sus economías son muy diferentes.
En el mismo sentido, Madureira afirma que Bolsonaro copia la mentalidad de Trump, sin embargo, Estados Unidos es distinto a Brasil porque la primera nación es una potencia mundial y la segunda es un país con una economía inestable.
Una gran diferencia
No todo son similitudes entre los dos presidentes. Madureira destaca que existe una gran diferencia.Trump protege las industrias estadounidenses de supuestas amenazas exteriores, mientras Bolsonaro pretende abrir los mercados nacionales a intereses e inversionistas extranjeros.
Por ejemplo, Bolsonaro firmó a un acuerdo ayer en la Cámara de Comercio de Washington para que empresas estadounidenses lancen cohetes transportadores de satélites desde Alcántara, la base espacial que Brasil tiene en la Amazonía.
Alcántara, en el estado de Maranhao, es ideal para los lanzamientos, pues está muy próxima a la línea del Ecuador, lo que permite economizar hasta 30 por ciento del combustible a comparación de otras bases.
Otra prueba de esta diferenciaes la postura de los dos presidentes hacia China. Bolsonaro y Trump son críticos con las políticas proteccionistas del gigante asiático y de su avance, con inversiones e intenso comercio, en los países de América Latina.
Pero mientras que el estadounidense protagoniza una guerra comercial con el país asiático, el brasileño adoptó un discurso más moderado frente al principal socio comercial de Brasil y promete una visita a Pekín para el segundo semestre de este año.
A partir de sus similitudes, Bolsonaro y Trump pueden generar alianzas para desarrollar estrategias juntos en contextos internacionales.