Con cerca de mil 400 millones de habitantes, el equivalente a la quinta parte de la población mundial, sería difícil pensar que China necesita incentivar la procreación en lugar de controlarla.
Aun así, medios internacionales reportan que China podría eliminar su política de “hijo único” para reemplazarla con una de dos niños por familia para energizar su mercado laboral y evitar una catástrofe demográfica.
La nueva regulación permitiría a todas las parejas tener dos hijos y se implementaría a finales de año, publicó la semana pasada China Business News.
De ser así, el gigante asiático terminaría con una controversial ley que implementó hace tres décadas para controlar el crecimiento poblacional, lo que ha prevenido el nacimiento de 400 millones de personas, según el gobierno oficial.
La política se implementó en 1980, cuando la tasa de natalidad era de tres nacimientos por mujer, un índice que los políticos de entonces consideraban “insostenible” y peligroso para la economía, el ambiente y la sociedad.
Aunque la normativa se relajó para que minorías étnicas y personas de mayores ingresos pudiesen tener más de un hijo, el actual índice de fertilidad es de sólo 1.6 alumbramientos por mujer, según el sitio Worldometers.
A pesar de que sólo el 36 por ciento de los chinos estaban obligados a tener nada más un hijo en el 2007, según el China Daily, más de tres cuartas partes de la ciudadanía apoyan la medida, reveló una pesquisa de The Pew Research Center.
La política de un hijo único ha recibido críticas por promover los abortos clandestinos, esterilizaciones forzadas y violaciones a los derechos de la mujer, pero los especialistas explican que detrás del cambio hay motivos económicos.
Más niños, más trabajadores
Analistas advierten que China tiene una de las poblaciones que están envejeciendo con mayor rapidez a nivel mundial.
La ONU estima que, para el 2050, el gigante asiático tendrá cerca de 440 millones de habitantes mayores a 60 años, lo que representaría el 30 por ciento de su población.
“Con todo lo demás constante, una población que envejece significará una economía nacional estancada y una base de contribuyentes cada vez menor, mientras que el gasto gubernamental incrementa”, argumentó Charles Sizemore en Forbes.
De hecho, el Buró Nacional de Estadísticas reportó en enero que el número de chinos en edad trabajadora, de 16 a 59 años, disminuyó en 3.71 millones de personas el año pasado.
El decremento fue de 2.44 millones de trabajadores en 2013.
“La reducción de la población en edad de trabajar en China coincide con una desaceleración en el crecimiento económico”, publicó Bloomberg.
“Aunque el decreciente número de trabajadores ayuda a prevenir un incremento en el desempleo, también está subiendo los costos de mano de obra y erosionando la competitividad en manufactura y exportación que ayudó a China por 30 años”.
Abusos y violaciones
Antes de la agudización de los argumentos económicos, defensores de derechos humanos han criticado de forma constante la política del hijo único porque propicia las violaciones a las garantías de las mujeres y los niños.
iDesde que se implementó la regla, los doctores chinos han realizado más de 330 millones de abortos, 196 millones de esterilizaciones y colocado 403 millones de dispositivos intrauterinos (DIU), reportó el diario The Independent.
iAnte el temor de sufrir sanciones o esterilizaciones, familias obligaban a las mujeres a abortar o abandonar a sus hijos, sobre todo si era niña.
iA pesar de la nueva legislación, algunos académicos y activistas consideran que debe dejar de controlarse por métodos coercitivos el número de hijos que una mujer y una familia pueden tener.
i“El problema central no es sobre tener un hijo o dos. Es sobre la libertad reproductiva, sobre los derechos humanos básicos. El gobierno ha fallado en entender la esencia del problema”, declaró a The Guardian Liang Zhongtang, demógrafo de la Academia de Ciencias Sociales de Shanghai.