El mundo parece mirar la luz al final del túnel. Con la esperanza de que la pandemia de Coronavirus Covid-19 terminará un día, algunos países comienzan a dar los primeros pasos hacia la que será la nueva realidad, en donde saludar de beso o andar en la calle sin mascarilla ya no será bien visto.
Con esta nueva etapa por iniciar, los gobiernos tienen que replantear y crear nuevas formas para relacionarse con el fin de evitar que un rebrote del coronavirus termine de colapsar a la sociedad, los sistemas de salud y a las economías.
Hay algunos países que desde hace semanas comenzaron el proceso para levantar el confinamiento, lo cual ha significado un ensayo para el resto del mundo, ya que se han dejado ver algunos errores que han tenido que ser subsanados por los gobiernos, que tienen la obligación de liderar la reactivación de forma ordenada para evitar riesgos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el camino hacia esta nueva normalidad no será sencillo, ya que el virus estará vigente durante mucho tiempo. No obstante, destaca como uno de los mayores peligros la complacencia de las autoridades para levantar las medidas de aislamiento social, lo cual pone en riesgo la salud y subsistencia de la ciudadanía.
“Al interrumpir la actividad de las sociedades y las economías, hemos reducido la capacidad de propagación del Covid-19. Estas medidas han contribuido a limitar algunos de los efectos del virus y nos han permitido ganar tiempo para convertir en soluciones todo lo que hemos aprendido acerca del mismo, con el objetivo de poder regresar a un modo de vida más normal: a una nueva normalidad”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
En la “Actualización de la estrategia para enfrentar el Covid-19”, la organización dice que es incuestionable que las órdenes de confinamiento y otras medidas de distanciamiento físico han frenado con éxito la transmisión en muchos países; sin embargo, las tendencias de la pandemia son diferentes en las distintas regiones, por lo que deben mantenerse las medidas de contención del virus.
Por ahora, los contagios han disminuido de forma importante en Asia y Europa, regiones que se ubicaban al centro de la emergencia sanitaria. Ahora, los brotes de coronavirus tienen más fuerza en países en América, como Estados Unidos y Brasil, que están a la cabeza de la emergencia sanitaria con 1.63 millones y 331 mil enfermos, respectivamente.
En tanto, en el mundo hay 5.21 millones de contagios confirmados, mientras el virus ha ocasionado la muerte de 338 mil personas, de acuerdo con datos de la Universidad Johns Hopkins.
Nuevos hábitos después del coronavirus
Los países iniciaron con el proceso para levantar el confinamiento, y aunque aún no hay un manual para saber cómo debe ser la llamada nueva normalidad, para la OMS es importante considerar que la mayoría de la población en el mundo es susceptible a contraer el virus, por lo que la pandemia puede reavivarse fácilmente.
Para evitar que esto suceda, conforme vayan relajando el distanciamiento, las autoridades de los Estados deben mantener las mismas medidas de salud pública como al inicio de la emergencia poder detectar y aislar a los enfermos, y garantizar que tengan acceso a los servicios de salud.
Los países que no apliquen esta medida, con la reactivación de las actividades sociales y económicas enfrentan el riesgo de producir más casos y ocasionar la pérdida de más vidas humanas, de acuerdo con la OMS.
Este levantamiento escalonado de la cuarentena ya comenzó en países como España, China y Alemania, cuyos gobiernos consideran que esta nueva normalidad tendrá nuevos hábitos, como salas de cine, cafeterías y restaurantes con menos consumidores, el uso de mascarillas por parte de la ciudadanía que tenga que estar en las calles y medidas de distanciamiento en las diferentes industrias.
En este sentido, la Organización Mundial del Trabajo (OIT) llamó a los países a revisar cuáles son las industrias prioritarias para hacer un regreso escalonado. Se espera que las oficinas sean los últimos lugares en operar, deberán trabajar con el menor número de personal, lo que ayudará a mitigar las aglomeraciones de personas en el transporte público.
En este sentido, también se esperan cambios. Quienes hagan uso de los sistemas de transporte masivo deberán usar mascarillas, aunque la forma de desplazamiento puede cambiar en donde las urbes lo permitan, para aumentar el uso de transporte como la bicicleta, que en algunos países como China es una alternativa para evitar las aglomeraciones en el tren.
En este sentido, China puede ser un ejemplo para los países que apenas comienzan a establecer sus procesos con miras hacia la nueva normalidad, ya que ha cambiado de métodos para determinar cuáles son los más efectivos y así eliminar los riesgos de un nuevo brote de coronavirus.
En el país asiático los altos índices de contaminación han normalizado el uso de cubrebocas, pero después de la pandemia, algunos restaurantes impiden el ingreso de los comensales que se nieguen a presentar su reporte de salud. En tanto, los grandes corporativos toman hasta tres veces la temperatura de sus empleados, quienes tienen que lavarse de forma obligatoria las manos antes y después de manipular documentos o máquinas.
En América Latina hay países que ya hacen planes para volver a cierta normalidad, pero algunas metrópolis de la región todavía están inmersas en el momento más dramático de la crisis, por lo que deberán esperar antes de iniciar a experimentar la nueva normalidad.