La convención que designará oficialmente a Hillary Clinton como candidata presidencial demócrata del 8 de noviembre comenzó este lunes en Filadelfia, Pensilvania, en medio de una tormenta que amenaza la cohesión interna del partido.
La filtración de miles de correos electrónicos publicados en el portal de WikiLeaks, muestra que la élite del Partido Demócrata benefició a la exsecretaria de Estado por encima de su oponente Bernie Sanders, quien ayer en la convención demócrata pidió el voto a favor de Hillary entre abucheos de sus seguidores.
El escándalo ya se cobró a la primera víctima: Debbie Wasserman Schultz, presidenta del Comité Nacional Demócrata – el más alto órgano del partido–, quien anunció que renunciaría a su cargo al final de la convención programada el 28 de julio.
Y es que, antes de la filtración, la presidenta del Comité ya había sido fuertemente criticada por el senador Sanders de presunta imparcialidad a favor de Clinton durante las primarias, acusaciones que los miles de correos electrónicos filtrados, dieron crédito.
En respuesta a estos correos, Sanders dijo no estar sorprendido, “pero sí decepcionado”.
El senador de Vermont parece satisfecho con la renuncia de la presidenta del Comité y confirmó su apoyo a la candidata demócrata.
“Mi objetivo es vencer a Donald Trump, y que gane Hillary Clinton”, dijo.
Y para lograrlo, Sanders deberá instruir a sus mil 846 delegados para que voten por Clinton en noviembre.
La favorita no deseada
En su curriculum aparecen todas las credenciales para acceder a la Casa Blanca: exprimera dama, exsenadora del Estado de Nueva York, candidata en la primaria demócrata de 2008 contra Barack Obama, secretaria de Estado de Estados Unidos hasta el 2012 y, además, se dedica a la causa de las mujeres y los niños.
Entonces ¿por qué los votantes no terminan de amar a la candidata favorita del Partido Demócrata?
Si sus familiares ensalzan su lado “cálido y divertido”, los estadounidenses consideran que es autoritaria, rígida y sin carisma, y los últimos escándalos que enfrenta no le ayudan en nada: la candidata es el blanco de ataques extremadamente virulentos y sexistas por parte de los republicanos que la critican por su política y mala gestión en el ataque al consulado estadounidense en Bengasi, Libia.
Por otro lado, está el caso de los mensajes de correo electrónico que la llevaron a ser objeto de una investigación del FBI por usar su correo privado cuando era secretaria de Estado.
Y finalmente está el dinero. Los Clinton se habrían beneficiado de la secretaría de Estado que ocupó Hillary para recolectar pesadas sumas de dinero a través de conferencias muy bien pagadas, y hoy en día, su fortuna se estima en decenas de millones de dólares.
Estas actividades lucrativas podrían perjudicar su candidatura, sobre todo porque a los Clinton se les relaciona con los más “poderosos”, con la élite de Wall Street y se les acusa por su proximidad con los lobbys que financian en gran medida su campaña.
La herencia de Obama
Pero los republicanos no son la única preocupación de Hillary. Recibir la herencia de Barack Obama, el presidente más popular en los últimos años, empieza a sentirse como una enorme carga, incluso dentro de su propio partido, donde las críticas se dividen.
Algunos le atribuyen los errores de la administración de Bill Clinton, como el fracaso del sistema de salud, y las feministas la critican por permanecer con Bill, a pesar de sus infidelidades.
Y es que el expresidente y esposo de la candidata, siempre presente, no es necesariamente una ventaja, ya que mientras que algunos estadounidenses sienten nostalgia por la presidencia de Bill, su presencia podría llevar a un pasado distante que no necesariamente le da a Hillary el impulso que necesita, sobre todo si quiere convencer a los votantes del candidato favorito de los jóvenes, Bernie Sanders.
¿Los rusos?
Además, el escándalo tomó un falso aire de “Guerra Fría” después de que la directora de la campaña de Clinton, Robby Mook, acusara a WikiLeaks de publicar “documentos proporcionados por el gobierno de Putin para perjudicar a Clinton y ayudar a Donald Trump”. Una tesis ampliamente defendida por el entorno de la candidata demócrata.
Estas acusaciones teñidas de “complot ruso” fueron motivo de burla y los partidarios del senador independiente de Vermont, reticentes a la candidatura de Clinton, planean una serie de protestas en el lugar que será la sede del encuentro de las principales figuras demócratas, entre ellos el expresidente Bill Clinton, el actual ocupante de la Casa Blanca, Barack Obama, y el vicepresidente, Joe Biden.
Predice la victoria de Trump
El cineasta Michael Moore presentó en su página Web las cinco razones por las que Trump ganará:
1.- Su enfoque en los estados del cinturón industrial de Estados Unidos, tradicionalmente demócratas, pero que se sienten atraídos por la idea de Trump sobre cancelar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica.
2.-El apoyo del hombre blanco enojado.
3.-La falta de entusiasmo de los votantes a favor de Clinton.
4.-La frustración de los partidarios de Bernie Sanders.
5.-El efecto del voto de protesta.
En su contra
Los estadounidenses consideran que Hillary es:
>Autoritaria
>Rígida
>Sin carisma