Las caravanas de migrantes ya son un fenómeno constante. Los centroamericanos que quieren viajar para dejar su país de origen saben que el camino es peligroso y prefieren transitar en grupos hasta llegar a naciones presuntamente más seguras.
Este grupo está conformado por niños, adultos mayores, jóvenes, mujeres e incluso personas en silla de ruedas, dijo a la agencia EFE Bartolo Fuentes, uno de los organizadores de la caminata.
La diversidad de migrantes se refleja en las primeras fotografías y videos de esta marcha. En las imágenes se observa a jóvenes con niños pequeños en brazos, hombres que viajan sobre camiones de carga y una mujer que cubre su rostro con una cartulina que tiene la frase “emigrar no es un delito, es un derecho”.
A través de las redes sociales, diferentes organizaciones civiles convocaron a todos los que quisieran participar en la caminata que salió el sábado pasado de Honduras.
Es así como mil migrantes partieron de San Pedro Sula, localidad en la que predominan los conflictos entre pandillas. Los hondureños salieron de esta ciudad con mochilas pequeñas y algunos con la bandera de su país entre las manos.
De esta forma, la bandera de las cinco estrellas azules llegó a la frontera con Guatemala. Hasta el cierre de esta edición, los migrantes ya se encontraban en territorio guatemalteco, de acuerdo con publicaciones en redes sociales de los organizadores.
Su primera meta en México es Tapachula, Chiapas. En este lugar algunos de los integrantes del grupo buscarán un permiso para transitar por el país y pedirán asilo.
Los migrantes aseguran que salieron de su lugar de origen debido a la desesperación. No querían permanecer en Honduras porque no soportaban los niveles de violencia ni el desempleo.
“Un grupo de hondureños ha decidido marcharse para sobrevivir. Pero no quieren irse a escondidas, quieren hacerlo de frente y diciendo al mundo la verdadera razón por la que se van. Piden que México les brinde protección ante esta verdadera crisis humanitaria que enfrentamos en Honduras”, dijo Fuentes en un comunicado antes de comenzar la caminata.
La situación económica, la falta de empleo y la violencia son los motivos que obligan a los hondureños a salir de su país. Ellos están seguros de que fuera de la nación centroamericana encontrarán oportunidades para tener calidad de vida.
“He hecho largas filas en maquiladoras y de cada 2 mil personas que llegan, dan trabajo a 200. La pandilla me ofrece trabajo, pero lo primero que hacen es mandar a matar y eso no va conmigo”, narró Milton Omar Madrid, de 22 años, a la agencia AFP.
El joven compartió la razón por la que dejó Honduras mientras esperaba la salida de la caravana. Milton viaja con su esposa Stephany Villanueva, de 19 años, y su hijo de cuatro meses.
Los organizadores aseguran que el recorrido para llegar a México se hará de manera ordenada porque quieren que se sigan los procedimientos para solicitar los permisos que garanticen el libre tránsito a los migrantes.
Razones: violencia y pobreza
La violencia es constante en Honduras y una de las principales razones que provoca la migración de sus habitantes hacia el norte. En este sentido, la tasa de homicidio en este país durante 2017 fue de 43.6 por cada 100 mil habitantes, lo que representa una disminución de 15.5 puntos con respecto a 2016, de acuerdo con el registro del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma (UNAH) del país.
En 2017, la cifra de homicidios fue de 3 mil 866, mientras que en 2016 llegó a 5 mil 150, sin embargo, la directora del Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad, Julieta Castellanos, explicó en marzo que, aunque la reducción de la cifra de homicidios es importante, los índices de violencia en el país siguen siendo altos.
La falta de recursos económicos es otro factor que impulsa la migración. La pobreza en este país aumentó 1.5 puntos porcentuales entre 2014 y 2017 pese a una inversión de más de 174 millones de dólares que el gobierno destinó a financiar el Programa Bono Vida Mejor, según el estudio Programa Bono Vida Mejor: Una valoración sobre sus alcances, desde la perspectiva de los derechos de las mujeres del Centro de Estudios para la Democracia.
“Los migrantes seguirán marchándose desde Honduras hacia los Estados Unidos porque la realidad en que viven de falta de oportunidades, pobreza y violencia es mucho más fuerte y peligrosa que los terribles riesgos que les esperan en el camino”, opina Fuentes.
Los gobiernos como barreras
Los migrantes aún no llegan a territorio mexicano, pero los gobiernos de su país de procedencia y a los que se dirigen ya hicieron pronunciamientos sobre la caravana.
“Estamos seriamente preocupados por la caravana de migrantes que viaja al norte desde Honduras, con falsas promesas de ingresar a Estados Unidos hechas por aquellos que buscan explotar a sus compatriotas. El gobierno estadounidense hace cumplir vigorosamente sus leyes de inmigración”, indicó la embajada de Honduras en Estados Unidos en un comunicado.
En el mismo sentido, Guatemala anunció este lunes que no dejará ingresar a su territorio a los miles de hondureños si no cumplen con los requisitos legales.
“Guatemala no promueve ni respalda la migración irregular en ninguna de sus formas, por lo tanto rechaza los movimientos organizados con fines ilícitos y que tergiversen la figura de un derecho humano, como es la migración para fines particulares”, informó el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) el domingo.
El gobierno de México también emitió un comunicado el sábado en el que recuerda a los viajeros que deben cumplir con la Ley de Migración mexicana para ingresar a su territorio.
Además, la embajada de Honduras compartió las palabras del vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence, quien pidió a los migrantes que no entraran ilegalmente a territorio estadounidense.
“No arriesguen a sus familias tomando el peligroso viaje hacia el norte para intentar ingresar a Estados Unidos ilegalmente. Si no pueden venir legalmente, no deben hacerlo’”, dijo Pence.
Duermen en Guatemala
Hasta el cierre de esta edición, mil migrantes hondureños se encontraban en Guatemala, de acuerdo con los organizadores de la caravana.
A dos kilómetros de la ciudad de Esquipulas, había unos 250 policías que según el comisario Julian Maxia tenían la orden de detener al grupo y permitir el ingreso al país sólo si los migrantes presentaban su documentación legal. Tras tres horas detenidos, los hondureños lograron entrar a Esquipulas sin registrarse en la frontera para dormir y así el martes continuar el viaje.
Esta caravana no es la primera iniciativa de este tipo en 2018. En abril, un grupo de más de mil migrantes centroamericanos cruzó México con rumbo a la frontera con Estados Unidos, llamó la atención del presidente Donald Trump, quien usó esa noticia para promover la aprobación de nuevas restricciones migratorias.