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El intercambio de ataques entre Israel y el grupo palestino Hamás se escuda desde ayer en el lema “guerra avisada no mata soldado”.
El Gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió a 100 mil palestinos al norte de Gaza que deben abandonar sus hogares para evitar ser víctimas de los bombardeos del Ejército de Israel.
“Por tu propia seguridad se te solicita que evacues tu residencia inmediatamente y marches hacia la ciudad de Gaza en la mañana de este miércoles”, indica uno de los volantes distribuidos por el Ejército, según reportó el diario Clarín.
Para sobrevivir, cientos de familias palestinas salieron a las calles con sus pertenencias, pero dijeron a medios internacionales que no tenían rumbo.
“Aquí estamos en una cárcel, una gran cárcel”, expresó a CNN, Abu Ashraf, un hombre de 65 años que ahora vive en un campamento de refugiados.
“No somos libres. Me gustaría ser libre, al igual que las otras personas, como en Suecia, en Noruega, en Egipto, en Siria, en Líbano o Canadá. ¿Por qué no? Somos personas también, ¿sabes?”.
Tras 10 días de conflicto, las ofensivas de Israel y Hamás han dejado un saldo de más de 208 palestinos muertos y más de mil 550 heridos, de los que casi 80 por ciento son civiles, según la ONU.
Israel solo ha reportado el deceso de un civil.
Los ‘crímenes’ de Israel
El Gobierno israelí despertó más críticas luego de que un misil matara a cuatro niños en una playa de Palestina.
La organización Humans Rights Watch condenó los ataques cometidos por Israel y los calificó de “ilegales” y “crímenes de guerra”.
“Israel debería terminar con sus ataques ilegales que no persiguen un blanco militar y podrían tratarse de un castigo colectivo o una intención para destruir propiedad civil”, manifestó la agrupación según un comunicado.
“Israel ha equivocadamente asegurado que miembros civiles de Hamás u otros grupos políticos que no tienen un rol militar son ‘terroristas’ y que por ello son blancos militares válidos. Con este argumento, ha efectuado ataques ilegales”.