Autoridades de Bulgaria revelan información que es “combustible puro” en el momento en que la región de Medio Oriente está convertida en una “caldera en ebullición”.
El ministro del Interior búlgaro Tsvetan Tsvetanov acusó Hezbolláh, grupo político y militar libanés, del ataque a un autobús donde murieron cinco israelíes y un búlgaro, ocurrido el 28 de julio del año pasado.
Tsvetanov dijo que los autores del atentado entraron al país con un pasaporte canadiense y otro de Australia.
“Tenemos razones bien fundadas para sugerir que los dos (responsables del ataque) eran miembros de la rama militante de Hezbolláh. Esperamos que el gobierno de Líbano ayude a adelantar la investigación”, agregó el ministro.
Un hombre presuntamente plantó una bomba en el mencionado vehículo y la hizo estallar cuando éste transportaba a un grupo de turistas israelíes del aeropuerto a su hotel, en el centro turístico de Burgas, en el Mar Negro.
Además de las víctimas, en el incidente murió el sospechoso, descrito como un hombre delgado y alto, de tez blanca y estaba vestido como un turista.
El grupo libanés tiene presencia en el gobierno de ese país, aunque su brazo militar ha estado vinculado en diversos actos violentos.
La revelación de las investigaciones en Bulgaria se da a conocer días después de que Israel atacara territorio sirio, argumentando que la revuelta que aún sigue vigente en amenaza con utilizar armas químicas.
Las inclinaciones políticas y religiosas de Hezbolláh le vinculan con el gobierno del dictador sirio Bashar al Assad y con el régimen teocrático de Irán.
Ambos países son considerados un peligro potencial para Israel, especialmente el gobierno persa, cuyo programa nuclear inquieta a la administración del reelecto primer ministro hebreo Benjamin Netanyahu.