Impone Hollande su ley laboral
El presidente de Francia, Francois Hollande decidió sacar a la fuerza su polémico proyecto de ley laboral.
Dado el nivel de obstrucciones por parte del grupo de la izquierda radical y frente a una derecha totalmente opuesta al texto -con la petición de 5 mil enmiendas a considerar sobre el proyecto-, y frente a más del 50 por ciento de la opinión pública en contra, el Primer Ministro, Manuel Valls, usó el apartado 3 del artículo 49 de la Constitución que le permite aprobar una ley sin la votación parlamentaria.
Andrea Montes RenaudEl presidente de Francia, Francois Hollande decidió sacar a la fuerza su polémico proyecto de ley laboral.
Dado el nivel de obstrucciones por parte del grupo de la izquierda radical y frente a una derecha totalmente opuesta al texto -con la petición de 5 mil enmiendas a considerar sobre el proyecto-, y frente a más del 50 por ciento de la opinión pública en contra, el Primer Ministro, Manuel Valls, usó el apartado 3 del artículo 49 de la Constitución que le permite aprobar una ley sin la votación parlamentaria.
Y aunque fue señalado como un gesto “que destruye la democracia”, a un año de las elecciones presidenciales el uso del 49-3 era evidente.
Pues, el debate sobre la reforma constitucional en relación a la pérdida de la nacionalidad para los terroristas había dejado gran parte de la izquierda por los suelos y a una Asamblea socavada por divisiones sin ningún resultado.
Manuel Valls había subrayado en repetidas ocasiones que a pesar de la impopularidad de su reforma, el Ejecutivo no iba a retroceder frente a la oposición popular y optó más bien por dar un paso forzado.
El Primer Ministro, que se había comprometido a hacer pasar su proyecto de ley sobre la reforma laboral, tomó la responsabilidad de llevar a cabo el 49-3 por lo que la oposición de la derecha presentó este martes una moción de censura para destituir al gobierno de Valls, pero fracsó al no lograr la mayoría parlamentaria.
Sin embargo, la medida de Valls causó una manifestación espontánea frente a la Asamblea Nacional el jueves por la tarde, donde se juntó medio millar de manifestantes, principalmente del movimiento de protesta Nuit Debout, que desde el 31 de marzo se reúnen en la Plaza de la República contra la reforma laboral.
Veinticuatro miembros del Frente de Izquierda -que también se oponen a la ley-, se negaron a votar y presentaron su propia moción de confianza para destituir al gobierno de su propia coalición, pero lograron únicamente 56 de las 58 firmas necesarias y ahora están bajo amenaza de sanciones y posible exclusión del partido.
Laurent Baumel, una de las figuras principales de la destitución y miembro del mismo partido que Manuel Valls, afirmó el miércoles: “El Partido Socialista no le pertenece ni a Hollande ni a Manuel Valls. Al defender mi posición frente al tema de la reforma laboral, defiendo, más bien, la posición natural del Partido Socialista”.
El recurso 49-3
A menudo considerada como una medida excepcional, el artículo 49-3 ha sido, sin embargo, utilizado 94 veces desde 1958. ¿Cuáles son exactamente las disposiciones de este artículo y por qué compromete al gobierno?
Con la adopción del artículo 49-3, el Primer Ministro puede, con previa deliberación del Consejo de Ministros, “comprometer a su gobierno” al hacer pasar una ley en la Asamblea Nacional sin el voto de los diputados.
En este caso, el proyecto se considera aprobado, a menos que se aplique una moción de censura.
Esta moción de censura debe ser presentada dentro de las 24 horas siguientes a la utilización del 49-3, y debe ser firmada por al menos una décima parte de los miembros de la Asamblea Nacional, es decir, 58 diputados.
La votación de la moción de censura debe tener lugar dentro de los dos días siguientes a su presentación. Para que pueda ser adoptada, y el Primer Ministro destituido, debe existir una aprobación de la mayoría o el voto mínimo de 289 diputados.
Si la moción de censura es aprobada, se anula el gobierno y el texto es rechazado, pero el uso de un 49-3 nunca ha llevado a esta situación.
Tensiones dentro del Partido Socialista
Los rebeldes izquierdistas aceleran las descomposición interna del Partido Socialista. Obligado a utilizar el apartado 3 del artículo 49 para aprobar la ley sobre el trabajo, el ala “rebelde” del PS fracasó en su iniciativa por destituir al gobierno de Valls. Sin embargo, se confirma como su principal oponente.
La tarde del jueves, poco después del rechazo de la moción de censura presentada por la derecha, el Secretario General del Partido Socialista, Jean-Christophe Cambadelis advirtió que aplicaría toda su autoridad moral dentro del partido “para examinar el caso de los 24 diputados socialistas que proponían derrocar a su propio gobierno”, pero no especificó qué sanciones se aplicaría a estos parlamentarios.
Por su parte, Manuel Valls no ha dicho nada que sea suficientemente duro contra la “gravedad” de lo ocurrido el día de ayer.
Varias figuras del Partido Socialista invitaron a estos “rebeldes” a salir del PS, principalmente el portavoz del gobierno, Stéphane Le Foll al señalar que “los rebeldes acaban de dar un paso del cual deben asumir toda la responsabilidad, y salir del partido, sería lo más conveniente”.
Sin bien los miembros rebeldes del partido del ministro Valls, no lograron reunir las firmas necesarias: ¿cómo castigar un acto que no sucedió?
El episodio de insurrección de la izquierda contra la propia izquierda ilustra una vez más la gran división que vive el gobierno de Hollande, pero esta vez, desde el corazón de su propio partido.
Por su parte, la oposición de la derecha republicana explicó que así como la izquierda radical no votó por su moción de censura interpuesta el martes contra Valls, ellos, seguramente, no votarían ningún movimiento de “rebeldía” en apoyo a la izquierda.