El presidente Donald Trump ha sufrido un nuevo revés, pues un juez de San Francisco bloqueó este martes la orden ejecutiva contra las denominadas ciudades santuario, la cuales poseen leyes laxas en favor de los migrantes indocumentados.
El juez William Orrick III resolvió que el presidente excedió su autoridad constitucional al tratar de castigar a los gobiernos locales que se nieguen a colaborar con sus políticas contra la inmigración, por lo que no se puede obligar a las ciudades a cooperar con los agentes migratorios.
La resolución del juez Orrick III fue producto de una solicitud de la ciudad de San Francisco y el Condado de Santa Clara, que pidieron un mandato judicial para detener la ejecución de la orden ejecutiva de Trump.
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Alrededor de 50 gobierno locales de todo el país, así como del Estado de California, presentaron argumentos para apoyar la demanda de San Francisco y el Condado de Santa Clara, mientras que Seattle, dos comunidades en Massachusetts y Richmond presentaron demandas aparte.
Se estima que más de 300 ciudades y condados en todo Estados Unidos evitan que sus policías colaboren con las autoridades federales de inmigración para detener y deportar inmigrantes que se encuentren de manera ilegal en el país.
Todas estas comunidades afirman que esas políticas están diseñadas para preservar la confianza entre sus residentes y la policía local, y así promover la seguridad pública, al mantener el contacto entre inmigrantes y autoridades en la denuncia de crímenes sin temor a la deportación.
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La ley federal no define “ciudades santuario”, y la administración Trump ha dado descripciones diferentes de las políticas locales que está dirigiendo, además que ha dado mensajes contradictorios sobre los financiamientos que pretende retener.
En su orden ejecutiva del 25 de enero, Trump ordenó al fiscal general que se asegure de que “jurisdicciones de santuario”, que se niegan a entregar información requerida a las autoridades de inmigración, “no sean elegibles para recibir recursos federales.
Las principales ciudades santuario son Chicago, Nueva York, Los Ángeles y Seattle, cuyos alcaldes le han dejado claro a Trump desde que fue electo que no cederán antes las presiones y seguirán protegiendo a los migrantes en sus localidades.