La próxima semana Barack Obama acudirá a Cuba en visita oficial. Será el primer viaje oficial de un presidente estadounidense en activo a la isla desde que en 1928 lo hiciera el expresidente Calvin Coolidge en el marco de la Conferencia Internacional de Estados Americanos.
En la agenda de la reunión el mandatario tiene planeado reunirse con su homólogo Raúl Castro, con quien también asistirá a un juego de béisbol.
Aún no se ha confirmado si Obama se reunirá con miembros de la disidencia cubana.
Además se sabe que la Casa Blanca busca negociar con el gobierno cubano que Obama dé un discurso que a una amplia audiencia. No está previsto un encuentro con el expresidente cubano, el histórico Fidel Castro.
Obama acudirá en compañía de la primera dama Michelle Obama. A la isla también asistirá el Secretario de Estado John Kerry, además de una extensa delegación bipartidista integrada por más de 40 legisladores, así como de empresarios estadounidenses. Se trata de una acontecimiento impensable hace apenas un par de años. Apenas en diciembre de 2014, tras un intercambio de prisioneros, los gobiernos cubano y estadounidense decidieron restablecer las relaciones diplomáticas.
Los avances hacia la normalización de las relaciones entre ambas naciones, sin embargo, han sido menores a los esperados.
Aunque se ha progresado en las restricciones como el envío de remesas, comunicaciones, vuelos e intercambio cultural, hay dos temas que están marcados como prioritarios en la agenda de la reunión bilateral.
Para el gobierno cubano un tema impostergable es la terminación del embargo al que se encuentran sometidos desde 1960, y aunque Obama se ha mostrado a favor del fin del bloqueo, se ha encontrado con la oposición de un Congreso dominado por los republicanos.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos ha mostrado su preocupación ante el incremento de las detenciones arbitrarias de disidentes cubanos en los últimos meses, y ha exhortado al gobierno cubano a respetar los derechos humanos.
Otro de los grandes temas pendientes es la clausura de la cárcel de Guantánamo y del retiro de la presencia norteamericana en esta zona de la isla.
Los cubanos por su parte han insistido en la devolución del territorio ocupado desde 1898 como parte del proceso de normalización de las relaciones.
El pasado 22 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama anunció que había presentado al Congreso un plan para cerrar el centro de detención ubicado en territorio cubano, sin embargo en su próxima visita a territorio cubano, no tiene planeado visitar la prisión.
Tensión por derechos humanos
La disidencia en la isla afirma que no ha habido un solo cambio significativo desde el inicio de la nueva política estadounidense hacia Cuba, sobre todo en lo que concierne al respeto a los derechos humanos de los cubanos.
Según los últimos informes de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional las autoridades cubanas han mantenido su represión y tan solo en enero y febrero hubo al menos 2 mil 555 detenciones por motivos políticos.
La visita del primer mandatario de Estados Unidos ha originado diversas posturas entre los grupos de disidentes cubanos.
Por un lado se encuentran quienes confían en que el acercamiento con Estados Unidos servirá para promover cambios en beneficio de los derechos humanos; y por el otro, aquellos que afirman que la nueva política solo es una legitimación del régimen autoritario de los Castro.
El presidente Barack Obama prometió a la organización Damas de Blanco, una de las organizaciones disidentes más importantes de la isla, abordar el tema con su homólogo cubano, Raúl Castro.
Las Damas de Blanco acusan al gobierno cubano de haber endurecido sus medidas contra la disidencia desde el anuncio del restablecimiento de las relaciones entre los dos países.
¿El fin del embargo?
En su discurso de diciembre de 2014 cuando anunció el restablecimiento de relaciones con Cuba, el mandatario estadounidense Barack Obama, fue enfático al afirmar que la política hacia la isla había fracasado durante décadas y pidió al Congreso un debate honesto sobre el fin del embargo.
Aunque Obama es uno de los mayores partidarios por el levantamiento del embargo, sin embargo, el hecho de que se trate de una ley, limita los poderes del mandatario, ya que solo podría ser retirado por una decisión del Congreso.
Por su parte, Raúl Castro, presidente de Cuba estableció como prioritario en la nueva política el cese del bloqueo económico, comercial y financiero al que se encuentra sometido la isla desde 1960.
“No podrá haber relaciones normales entre Cuba y Estados Unidos mientras se mantenga el bloque”, señaló tras el anuncio del restablecimiento de la embajada cubana en Washington.
Aunque Obama se ha valido de medidas ejecutivas para flexibilizar algunas de las restricciones, el fin del embargo parece aún lejano. En un Congreso estadounidense mayormente republicano, parece poco probable que aprueben el fin del bloque propuesto por el presidente de EU.