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La cerveza es su tesoro

Para los alemanes, la cerveza es un tesoro que todo el mundo debe cuidar. 

Los productores de Alemania propusieron la semana pasada que la UNESCO catalogue la fórmula de 500 años de antigüedad de su cerveza como patrimonio cultural de la humanidad.

Los cerveceros consideran que el organismo internacional debe proteger la ley de pureza Reinheitsgebot, que exige que la bebida solo se fabrique con agua, malta, lúpulo y levadura.

En el país del Oktoberfest existen alrededor de mil 300 cervecerías y 5 mil marcas, señala la BBC.

En el país del Oktoberfest existen alrededor de mil 300 cervecerías y 5 mil marcas

Para los alemanes, la cerveza es un tesoro que todo el mundo debe cuidar. 

Los productores de Alemania propusieron la semana pasada que la UNESCO catalogue la fórmula de 500 años de antigüedad de su cerveza como patrimonio cultural de la humanidad.

Los cerveceros consideran que el organismo internacional debe proteger la ley de pureza Reinheitsgebot, que exige que la bebida solo se fabrique con agua, malta, lúpulo y levadura.

En el país del Oktoberfest existen alrededor de mil 300 cervecerías y 5 mil marcas, señala la BBC.

“Si Alemania aún es considerada como la nación líder en cerveza, es gracias a la ley Reinheitsgebot”, expresó al medio Hans-Georg Eils, presidente de la Federación Alemana de Cerveceros.

La declaración de la UNESCO ayudaría a aliviar la crisis que enfrentan las compañías cerveceras alemanas ante la invasión de marcas de otros países, reportó el miércoles Businessweek. 

Por esta razón, en las últimas dos décadas se redujo a la mitad el número de cervecerías, informó el medio. 

Vale oro

El Gobierno de Amsterdam conoce bien el valor de la cerveza. Por ello, el mes pasado creó un programa que permite pagar con esta bebida a alcohólicos que trabajan como voluntarios limpiando parques públicos.

De acuerdo a The Huffington Post, por un día de trabajo, reciben un salario de cinco latas de cerveza, dos paquetes de tabaco y 10 euros.

“Este grupo de alcohólicos crónicos estaba alterando el orden público de Amsterdam: peleas, ruido, comentarios desagradables hacia las mujeres. El objetivo es mantenerlos ocupados en algo para que ya no causen problemas en los parques”, explicó Gerrie Holterman, quien encabeza el proyecto.

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