La Unión Europea lanzó una propuesta ambiciosa en materia medioambiental. Su primer objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos 55 por ciento por debajo de sus niveles de 1990 hacia el año 2030.
La recta final de este objetivo ambiental es que el bloque de los 26 países se convierta en una región climáticamente neutral para 2050, de acuerdo con lo establecido en el Pacto Verde Europeo, adelantaron las autoridades.
La Unión Europea respondió a la ONU con el Pacto Verde Europeo, la estrategia que establece el camino para convertirse en el primer continente climáticamente neutro, es decir, una región en la que hayan dejado de producirse emisiones netas de gases de efecto invernadero.
El Pacto Verde Europeo es una hoja de ruta en la que las autoridades europeas establecerán las políticas que darán paso un uso eficiente de los recursos con el fin de impulsar una economía limpia y circular, además de restaurar la biodiversidad y reducir la contaminación.
La Comisión Europea y el Consejo Europeo declararon que para cumplir con sus metas ambientales será necesario realizar inversiones en tecnologías respetuosas con el medio ambiente, crear la infraestructura necesaria para desplegar sistemas de transporte más limpios y más baratos, descarbonizar a la industria energética y colaborar con socios internacionales para mejorar las normas medioambientales mundiales.
Para avanzar en conjunto hacia sus objetivos, la Unión Europea también proporcionará apoyo financiero y asistencia técnica para ayudar a las personas, empresas y países que requieran respaldo para la transición verde, para lo cual contarán con un fondo de por lo menos 100 mil millones de euros durante el periodo comprendido entre 2021 y 2027.
Estos objetivos son realistas y alcanzables de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), institución que considera que el Pacto Verde es el medio para mitigar el cambio climático, dado que permitirá limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, que es considerado relativamente seguro por los expertos en clima.
En el análisis “Cómo cumplir los ambiciosos objetivos de mitigación climática de la Unión Europea”, los expertos del FMI declaran que para convertir los objetivos ambientales en una realidad se deberá construir una economía sostenible y más resistente, y dar prioridad a las inversiones en tecnologías verdes y digitales.
“La mitigación del cambio climático no es un lujo sino una necesidad si queremos evitar una crisis climática. El mundo entero tendría que volverse climáticamente neutral para 2050, y la Unión Europea está liderando el camino”, escribe Dora Iakova, subdirectora del Departamento Europeo del FMI.
Después de la pandemia en la Union Europea
Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, fue quien fijó la nueva meta ambiental del Pacto Verde Europeo durante un discurso frente al Parlamento, el 16 de septiembre. No obstante, ministros de los sectores energéticos, ambientales y agrarios, entre otros, han mantenido reuniones para establecer las políticas que les permitan cruzar la meta de su agenda ambiental.
“Nuestros niveles actuales de consumo de materias primas, energía, agua, alimentos y uso de la tierra no son sostenibles. Es necesario cambiar la forma en que tratamos la naturaleza, cómo producimos y consumimos, vivimos y trabajamos, comemos y calentamos, viajamos y transportamos”, dijo Von der Leyen.
A las iniciativas políticas con las que pretenden mitigar el cambio climático, la Comisión Europea y el Consejo Europeo sumaron otras medidas con las cuales se planea una recuperación más ágil de la crisis que ha causado el COVID-19 en la región.
Para el FMI, un paquete de políticas cuidadosamente diseñado permitiría al bloque de los 26 países alcanzar sus objetivos de emisiones manteniendo un crecimiento dinámico, políticas que también apoyarían la recuperación de la recesión económica relacionada con el coronavirus.
La institución declara que será imperativo que las autoridades europeas respalden las inversiones ecológicas, lo cual permitiría lograr metas a corto plazo, como la descarbonización de determinados sectores, como el transporte y la construcción.
En tanto, los gobiernos deberán orientar el gasto de capital hacia la infraestructura de redes eléctricas para crear estaciones de carga de vehículos eléctricos, otras para respaldar la electrificación y la generación de energía más limpia. Además, deberán apoyar a los trabajadores afectados por el abandono de las actividades intensivas en carbono, así como a los Estados miembros de bajos ingresos.
“El esfuerzo de recuperación de la crisis actual brinda la oportunidad de acelerar el cambio hacia una economía más verde, sostenible y más justa. La Unión Europea está aprovechando esta oportunidad y confiamos en que podrá lograr sus objetivos y demostrar al mundo los beneficios de cambiar a un modelo económico con bajas emisiones de carbono”, opina Dora Iakova.