Jimmy Morales Cabrera es, desde ayer, el nuevo presidente de la República de Guatemala.
De acuerdo a sus declaraciones, el ex comediante gobernará con base en dos pilares principales: “la familia” y el “temor de Dios”.
Morales fue el claro triunfador de una segunda vuelta electoral el pasado 25 de octubre donde obtuvo el 67.43 por ciento de los votos.
Con un retraso de dos horas, el flamante mandatario recibió la banda presidencial de manos de Alejandro Maldonado, elegido como presidente interino después de la renuncia de Otto Pérez Molina, acusado de corrupción.
En la inauguración estuvieron presentes los jefes de Estado de Ecuador, Honduras, Costa Rica y República Dominicana.
Pero el invitado de honor fue Joe Biden, vicepresidente de Estados Unidos y quien hace unos meses intervino para evitar la disolución de la CICIG, que eventualmente llevó a Otto Pérez Molina a la cárcel.
Duro primer reto
A unos días de la toma de posesión de Morales, la justicia guatemalteca capturó a 18 ex militares acusados de provocar desapariciones y delitos de lesa humanidad.
Entre los detenidos está el ex dictador Efraín Ríos Montt, presidente de Guatemala durante uno de los periodos más sangrientos de su historia. Ríos Montt será procesado en un juicio especial debido a su precario estado de salud.
Durante su campaña y después de su victoria en las elecciones, Morales ha sido criticado por tener nexos con militares de la época de la dictadura y esto ha opacado su imagen de hombre simple y del pueblo.
Sin embargo, Morales podría utilizar la detención de los ex militares para reafirmar su legitimidad y deshacerse de esos lazos oscuros que se le imputan.
Los analistas guatemaltecos aseguran que si Morales desea tener una presidencia exitosa no tiene otra salida que aliarse incondicionalmente a Washington y perpetuar la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG); ambos artífices principales de la bochornosa caída del ex presidente Pérez Molina.
La detención de Pérez Molina le dio esperanza al pueblo guatemalteco y Morales deberá capitalizarla.
No obstante, el ex comediante no cumplió su promesa de nombrar a miembros clave de su gabinete en diciembre y esto ha acrecentado el temor de que, ya instalado en la silla presidencial, recurra a la vieja clase política para formar su gobierno.