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El próximo 25 de mayo Colombia elegirá un nuevo presidente, o lo reciclará. La campaña, que culminó el pasado domingo, es catalogada como una de las “más sucias” de la historia del país.
Y los colombianos lo reconocen, por lo que parece no se definen por un candidato. Según AP, todas las encuestas arrojan un empate virtual entre el candidato opositor Oscar Iván Zuluaga y el presidente Juan Manuel Santos.
Esto obligaría a efectuar una segunda vuelta de las elecciones, en junio.
Y es que detrás de la lucha política por la presidencia, Zuluaga y Santos, “los dos principales aspirantes a la Presidencia se han visto involucrados en una explosiva serie de acusaciones mutuas”, indicó BBC Mundo el pasado 19 de mayo.
“Yo creo que esta ha sido una campaña especialmente sucia, comparable con el Proceso 8,000 (cuando se descubrió la entrada de dinero de la mafia a la campaña del expresidente Ernesto Samper, quien gobernó entre 1994 y 1998)”, declaró a ese medio Elisabeth Ungar, directora de la ONG Transparencia por Colombia.
“Esta es como una pelea matrimonial muy amarga, entre Juan Manuel Santos y el expresidente Álvaro Uribe, quien ahora apoya a Zuluaga”, afirmó Hernando Gómez Buendía, director del portal Razón Pública.
Los escándalos
Entre las acusaciones que se han hecho los candidatos, figura una supuesta entrada de dinero de la mafia a la campaña de Santos en el 2010. Pero el expresidente Uribe, quien hizo la denuncia, no ha presentado pruebas al respecto.
El actual mandatario no se quedó atrás, pues difundió un video en el que presuntamente Zuluaga establece conversaciones con un hacker sobre “operaciones de espionaje y planes para atacar el proceso de paz con la guerrilla de las FARC y la campaña del presidente que busca su reelección”, informó BBC Mundo. Zuluaga insiste que es un montaje.
Pero “independientemente de quién tenga la razón, el manejo de los tiempos con las revelaciones ha sido de mala fe”, aseveró Gómez Buendía.
El problema de fondo, según el analista, es que en la política colombiana “se borraron las fronteras entre lo legal y lo ilegal, y entre lo moral y lo inmoral”.
Los candidatos, o sus asesores, incluso llegaron al punto de insultarse de manera impulsiva.
El pasado lunes, el presidente Santos publicó en su cuenta de Twitter que liberaría un video importante en las redes sociales.
Inmediatamente el expresidente Uribe escribió en su cuenta “Ojalá el Pte. Santos publique lo que decía de Chávez. De la Farc (sic), etc”. Y luego siguió, “Pte Santos: el video con que amenaza quién se lo dio (sic), su agencia de inteligencia, su Fiscalía o la revista de su sobrino?”, y “Pte Santos prepara otra violación de la ley: o filmación o filtración de Fiscalía”.
“Sin embargo, sobre las 10 de la noche el mandatario reveló el video que tanta intriga generó en Uribe. Se trató de una pieza audiovisual de su campaña por la reelección al que llamó: “un video que todos debemos ver”. Allí le pide a la gente que salga a votar por la paz el próximo 25 de mayo y que no olvide llevar la cédula a los puestos de votación”, publicó El Tiempo el pasado 19 de mayo.
Pelea de presidentes
A pesar de que cuando Uribe entregó el poder a Santos todo parecía una relación normal, la situación entre ambos se ha ido tensando con el transcurrir de los años.
Ahora se convirtió en una guerra política que ha tomado su punto más álgido en las campañas presidenciales.
“La pelea sube de nivel todos los días. Ya no hay límites para Uribe, acostumbrado a la camorra, de la que él dice con orgullo que le gusta y que se comporta como un gamín. Y es en serio. Para Uribe no hay aguas tibias, (…). Pero Santos no es manco, ni bobo, ni cobarde. Y está dando la pelea en defensa de su programa de gobierno y sus posibilidades de reelección”, afirmó el medio digital colombiano Ola Política.
Santos incluso aseguró estar “decepcionado” de Uribe quien quería que “fuera su títere”.
Y añade que es muy peligroso que ahora el candidato Óscar Iván Zuluaga, se preste para ser una marioneta del exmandatario.
Al final, los perjudicados van a ser los colombianos, quienes han tenido que presenciar algo más que una campaña, pues todo huele más a un divorcio presidencial.
Ni Castro, ni Chávez
P or no ser relacionados con Venezuela, los candidatos colombianos han expuesto en sus discursos su rechazo al sistema de gobierno que desempeña la administración de Nicolás Maduro..
“El expresidente Álvaro Uribe viene lanzando los trinos más contundentes al referirse a Venezuela y la forma en que el gobierno del mandatario Nicolás Maduro conduce el país. El presidente Juan Manuel Santos, quien apuesta por la reelección se defiende alegando que ‘no es comunista’ y ‘no quiere entregar a Colombia a las FARC’”, informó el diario venezolano El Universal el pasado 16 de mayo.
“La alianza Santos-Petro es el camino del castro-chavismo en Colombia. Nosotros estamos aquí proponiendo lo que ha dicho Óscar Iván Zuluaga… un país solidario contra el castro-chavismo de Santos, Petro, Maduro y las FARC”, dijo Uribe.
A esto el presidente Santos respondió que era una mentira. “¿De dónde diablos sacan lo de la entrega del país al castro-chavismo? No tiene ni pies ni cabeza”.
