La guerra eterna de los ‘chalecos amarillos’

Los inconformes franceses incluyeron entre sus protestas la dimisión del presidente Emmanuel Macron a pesar de que éste detuvo el alza a la gasolina
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Los “chalecos amarillos” siguen manifestándose y ya no sólo piden un alto al alza de la gasolina. Después de tres semanas de protestas y de que el presidente de ese país, Emmanuel Macron, aceptó no incrementar el precio del carburante, los franceses siguen inconformes.

Los integrantes de los “chalecos amarillos” siguieron protestando en las calles de París y en la ciudad de Marsella, al sureste de Francia.

A través de videos que circulan en redes sociales se ve a los manifestantes quemando contenedores de basura y bloqueando carreteras y algunas calles.

En los últimos días, los estudiantes franceses se han implicado más en las movilizaciones y ha habido más incidentes por todo el país.

Acorralado por una crisis de descontento, con escenas de vandalismo en pleno corazón de París, el Ejecutivo hizo algunas concesiones a la espera de que los manifestantes pusieran fin a las protestas.

“Se busca restaurar la paz y la serenidad del país”, dijo el Primer Ministro francés Édouard Philippe, en nombre del presidente Macron.

El anuncio por parte del gobierno incluye la suspensión durante seis meses del alza de un impuesto a los combustibles, la congelación de los precios de la luz y el gas durante el invierno y el abandono de un plan para endurecer las revisiones técnicas de los coches más contaminantes.

Estas medidas generarán una pérdida de unos dos mil millones de euros para el erario, es decir, el equivalente al 0.1 por ciento del Producto Interno Bruto.

Desde que los “chalecos amarillos” comenzaron las protestas el 17 de noviembre, otras reivindicaciones se sumaron, como el aumento del salario mínimo o la reintroducción del impuesto sobre la factura. Algunos otros activistas van más allá y exigen la dimisión de Macron.

En ese sentido, la popularidad del mandatario se encuentra en su nivel más bajo desde que llegó a la presidencia de Francia, en mayo de 2017.

De acuerdo con el texto “‘Chalecos amarillos’, nuevo símbolo de protesta” que Reporte Índigo publicó el pasado 4 de diciembre, Emmanuel Macron sólo cuenta con la confianza del 26 por ciento de los franceses, según la empresa de investigación Kantar TNS. Cuando el Ejecutivo inició su gobierno, tenía la aprobación de un 57 por ciento de los encuestados.

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