La historia de Major, el perro que pasó de no tener hogar a vivir en la Casa Blanca con Biden
La familia Biden adoptó a Major en noviembre de 2018 de la Asociación Protectora de Animales de Delaware, mientras que su primer perro Champ se unió a la familia en 2008
Indigo StaffMajor, la mascota de los Biden, es un pastor alemán y será el primer perro rescatado en vivir en la Casa Blanca.
La familia Biden lo adoptó en noviembre de 2018 de la Asociación Protectora de Animales de Delaware, mientras que su primer perro Champ, también pastor alemán, se unió a la familia en 2008.
Ambos ya se han convertido en protagonistas de las redes sociales del nuevo presidente, quien no ha dudado en presentar a sus perros a sus seguidores.
“Pongamos los perros de nuevo en la Casa Blanca”, tuiteó Biden el 1 de noviembre.
“De cachorro rescatado en la Asociación Protectora de Animales de Delaware a transformarse en el Primer Perro en la Casa Blanca, Major Biden demuestra que todos los perros pueden vivir el sueño americano”, dijo el grupo, que organizó una recaudación de fondos de “investidura perruna” en línea el 17 de enero para celebrar la mudanza del can a la Casa Blanca.
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“¡Hoy es el día de suerte de Major!”, escribió la asociación Protectora de Animales de Delaware en su página de Facebook el 17 de noviembre de 2018.
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El mandatario saliente, Donald Trump, fue el primer presidente desde Andrew Johnson en la década de 1860 en no compartir la residencia presidencial con un perro o un gato.
“No me importaría tener uno, honestamente, pero no tengo tiempo. ¿Cómo me vería paseando un perro en el césped de la Casa Blanca?”, aseguró al Washington Post en 2019.
Regreso a la tradición
La llegada de los Biden y sus perros Major y Champ a la Casa Blanca esta semana marca el regreso de una larga tradición que indica que la familia presidencial lleve a sus mascotas a la finca de 7,3 hectáreas que es el hogar del presidente de Estados Unidos.
Jill Biden ya ha insinuado que quieren aumentar la familia con un gato.
La Casa Blanca ha recibido cabras, culebras, caimanes, leones, mapaches y hasta un hipopótamo, mascotas que han acompañado a los presidentes a lo largo de los años.
El expresidente Barack Obama no tenía perros mientras hacía campaña, pero prometió un cachorro a sus hijas Sasha y Malia durante su discurso de aceptación después de ganar las elecciones de 2008.
Los Obama compartieron su estancia en la Casa Blanca con dos perros: Bo y Sunny. Estos dos perros de agua eran tan populares que Michelle Obama aseguraba que “todo el mundo quiere verlos y tomarles fotos”, por lo que tuvieron que redactar un memorándum con la solicitud de horarios y la primera dama aprobaba sus apariciones.
La presidencia de Bill Clinton también fue tormentosa respecto a sus mascotas. Durante su época como presidente, tuvo un perro labrador llamado Buddy y un gato apodado Socks.
George W. Bush tuvo dos Terriers escocés llamados Miss Beazley y Barney, que incluso asistían a las reuniones del gabinete.
Barney voló en el Air Force One y protagonizó los videos de “Barney Cam” para celebrar la temporada navideña. “Nunca habló de política y siempre fue un amigo fiel”, recordó el republicano cuando murió en 2013.
George H. W. Bush y su familia tenían varios perros en la Casa Blanca, incluida Millie, la estrella de un libro para niños escrito por la esposa de Bush, Barbara.
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El vicepresidente Mike Pence y su familia tenían un gato llamado Hazel, un perro llamado Harley, una serpiente llamada Sapphira y un conejito llamado Marlon Bundo. La vicepresidenta electa Kamala Harris y su esposo no tienen mascotas.
Además de perros, ha habido multitud de mascotas en la Casa Blanca. McKinley tenía un loro capaz de silbar “Yankee Doodle” y los Kennedy tenían un pony –Macaroni- que llegó a ser portada de la revista Life.