A principios de año Cuba y Estados Unidos reanudaron relaciones diplomáticas y echaron campanas a volar augurando un mejor futuro para los ciudadanos de ambos países, en especial para los cubanos.
Hoy, a meses de la visita de John Kerry a La Habana, se ha incrementado exponencialmente la cantidad de cubanos que salen en busca del sueño americano.
Esto, porque con la reactivación de la relación bilateral muchos esperan dos cosas: la primera, que se impongan mayores controles en EU y ya no se pueda ingresar a ese país como refugiado político.
Y la segunda, que la situación en Cuba no mejore y la precariedad permanezca.
El acercamiento entre Obama y Castro ha sido interpretado por muchos como un “ahora o nunca” para intentar llegar a Estados Unidos, ocasionando una crisis migratoria en Centroamérica.
Cinco mil cubanos se encuentran detenidos en la frontera entre Nicaragua y Costa Rica, y las tensiones sobre su futuro inmediato amenazan con echar por la borda el entusiasmo de principios de año.
La nueva ruta se cierra
Después del rompimiento con Washington, el régimen de los Castro impuso restricciones para que los ciudadanos cubanos no pudieran viajar tan fácilmente.
Esto hizo que la única opción para miles de cubanos pobres fuera escapar de Cuba en una balsa hacia Florida. Muchos llegaron a Miami, pero también muchos fallecieron al no conseguir terminar el peligroso periplo.
Sin embargo, hoy en día los cubanos pueden viajar a Ecuador –aliado regional de Castro – sin necesidad de una visa.
El viaje hacia Quito los aleja de su meta pero, una vez fuera de Cuba, es más seguro llegar a Estados Unidos cruzando por tierra Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y finalmente México.
El número de cubanos que han ingresado en 2015 a Estados Unidos por vía terrestre a través de México se ha incrementado a más del doble con respecto a los niveles de 2014.
Con estos niveles, los gobiernos centroamericanos se han crispado ante la llegada de los refugiados y, en el caso de Nicaragua, decidido cerrar sus fronteras. El gobierno de Managua considera que los inmigrantes son un peligro para su seguridad nacional.
No pasan de Nicaragua
El gobierno de Nicaragua desplazó a cientos de policías anti motines para prevenir que los cubanos que cruzaban por su frontera con Costa Rica pudieran acceder a su país.
Los cubanos estancados no quieren regresar a Cuba, argumentando que la mayoría ha vendido todas sus pertenencias y propiedades para ir a Estados Unidos y no tienen a qué regresar.
Además temen que de regresar a la Isla, el gobierno de su país pueda tomar acciones represivas en su contra debido a su deseo de “traicionar” a la revolución y buscar asilo en EU.
La migración desde Cuba a Estados Unidos comenzó justo después de la caída de Fulgencio Batista y desde los años sesenta, los cubanos que logran llegar a territorio estadounidense han obtenido casi de manera automática la residencia en ese país.
Es probable que esta facilidad cambie con el acercamiento entre ambos gobiernos. Muchos temen lo anterior y los números de exiliados se han incrementado dramáticamente en el último año.
El gobierno de Costa Rica, ante la cerrazón de Nicaragua, planeó sacar a los cubanos de su territorio enviándolos por aire a Guatemala y a Belice, pero esos países ya han declinado recibirlos.
A pesar de los tratados regionales, Guatemala, Nicaragua y Belice no han ofrecido una solución satisfactoria y los cubanos siguen detenidos en Costa Rica. El gobierno de San José ya le ha pedido a Raúl Castro que interceda en la región.
EU dice no
La reacción de los países centroamericanos obedece a presiones de EU para reducir el número de migrantes que llegan a su territorio.
A pesar de que el ofrecimiento de asilo político para Cuba sigue vigente, EU no atraviesa un momento de apertura hacia los extranjeros.
Costa Rica tampoco quiere que los cubanos permanezcan en su territorio y ya ha urgido a Colombia, Panamá y Ecuador ha intensificar sus controles migratorios. Por su parte, el gobierno de Cuba señaló que el culpable de la crisis migratoria es Estados Unidos.
Para el gobierno de Castro, Washington ha obstaculizado la normalización de las relaciones bilaterales y con ello impedido que la prosperidad llegue rápidamente a los más necesitados, quienes seguirán saliendo de Cuba en busca de una mejor calidad de vida.
La denuncia cubana se produce cuando el primer aniversario del deshielo entre Washington y La Habana está a punto de cumplirse.
Debido a esta crisis migratoria, la situación ha empeorado para muchos cubanos quienes, después de un año del acercamiento entre Cuba y EU, permanecen varados en Costa Rica sin oportunidades, sin futuro ni opciones.