¿La primera nación universal?

Habiendo crecido en India en los años 1960 y 1970, siempre pensé que América era el futuro.

Fareed Zakaria Fareed Zakaria Publicado el
Comparte esta nota
1.6
Millones de estadounidenses fueron arrestados en 2010 con cargos de drogas,
la mayoría por consumo de marihuana

Habiendo crecido en India en los años 1960 y 1970, siempre pensé que América era el futuro.

Era el lugar donde parecía originarse la nueva tecnología, los mejores artefactos y las últimas modas.  Las causas políticas aparentemente exóticas –como la liberación de la mujer, los derechos de los homosexuales y la discriminación por edad – siempre parecían empezar en las calles o legislaturas y tribunales de Estados Unidos.  Los indios no podían siquiera imaginar abarcar todas las tendencias estadounidenses –de hecho, algunas las rechazamos explícitamente– por ser demasiado desagradables para un país como el nuestro.  Pero sospechábamos que la moda actual de California se convertiría en la práctica convencional de mañana.

Según mi opinión, las elecciones del martes trajeron de vuelta esa sensación de EU como el país del futuro.  La carrera presidencial se está debatiendo como una que se trata “acerca de nada”, sin mensaje o mandato alguno.  Pero eso simplemente no es verdad.  Dejemos de lado la reelección de Barack Obama y consideremos qué más sucedió esta semana:

Legalización matrimonio gay

Tres estados votaron a favor de la legalización del matrimonio entre personas del  mismo sexo, que es la causa de los derechos civiles de nuestro tiempo.  Algún día miraremos hacia atrás y nos preguntaremos cómo las personas podrían haber estado tan dispuestas a negar la igualdad ante la ley a una pequeña minoría– y el martes será recordado como uno de los momentos más importantes que marque el final de esa cruel etapa.

Legalización marihuana

Otros dos estados votaron a favor de la legalización de un uso recreativo de la marihuana, lo que sin duda marcará el principio del fin de la guerra contra las drogas.  Esta puede ser la guerra más costosa, distorsionadora e inútil que EU jamás haya librado.

En las últimas 4 décadas, se gastó un millón de millones de dólares para combatir esta “guerra” sin reducir el precio y disponibilidad de las drogas en las ciudades, destruyendo al mismo tiempo nuestro sistema penal.  Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la cantidad de presos per cápita en EU es 3 veces mayor a la que había en 1980  y además es 10 veces mayor a la existente en otros países ricos. 

En 2010, se arrestaron 1.6 millones de estadounidenses con cargos de drogas, la mayoría por consumo de marihuana, una droga no más peligrosa que el alcohol.

Los votos de esta semana demuestran que los estadounidenses están comenzando a replantearse esas políticas, quizás moviéndose hacia aquellas que pudieran privar a los carteles de drogas de sus grandes ganancias y permitir que nuestra policía se concentre en los delitos graves. 

Ethan Nadelmann, un experto y defensor de las políticas referidas, señala que “aún cuando el gobierno federal continúa con su estrategia de guerra fallida contra las drogas, Estados Unidos se ha convertido en el líder mundial en la promoción de políticas más sensatas respecto a la marihuana”.

Migración

Quizás el cambio más impresionante de esta semana no se produjo en el paso de una propuesta electoral ni una ley, sino en un hallazgo en boca de urna –uno que podría llevarnos hacia una importante legislación.

Cuando se les preguntó a los encuestados qué se debería hacer con los casi 11 millones de inmigrantes ilegales que trabajan en EU, casi dos tercios quería concederles estatus legal.

Cuatro años atrás, las voces contra los inmigrantes eran tan altas que John McCain, patrocinador de un proyecto de ley de reforma migratoria integral e inteligente, tuvo que alejarse su propia creación cuando estaba haciendo campaña para la Casa Blanca.

No había mandato para un gobierno grande.  Por el contrario, los votantes –por una escasa mayoría– dijeron a los encuestadores que el gobierno estaba haciendo demasiado. Y reeligieron varios gobernadores republicanos, muchos de los cuales han sido competentes y con mentalidad de reforma para afrontar los problemas de sus estados.  Pero en dos estados republicanos con firmes convicciones, Indiana y Missouri, los votantes rechazaron candidatos al Senado cuyas actitudes hacia las mujeres fueron degradantes.

¿Hacia una América universal?

No me atrevo a construir un gran relato de todo esto, pero la tendencia parece ser hacia la libertad individual, la expresión personal y la dignidad para todos.  Esta aceptación de la diversidad -en todos los sentidos- es el gran don de Estados Unidos al mundo – uno en el que, desde los tiempos de Héctor St. John de Creveceur y Alexis de Tocqueville, los extranjeros se han maravillado.

En 1990, el escritor neoconservador Ben Wattenberg, escribió un libro titulado “La Primera Nación Universal”, argumentando que EU estaba creando algo único en la historia, una nación compuesta de todos los colores, razas, religiones y credos, todos los que prosperan en su individualismo.  Esa diversidad, escribió, iba a ser la mayor fortaleza de EU en los próximos años.

Mientras el partido de Wattenberg, el partido republicano, ha llevado a mirar esta nueva América con ansiedad y miedo, él tenía razón.  Lo que el mundo vio esta semana fue una imagen de América en su mejor momento: vanguardista, experimental, de mente abierta y brillantemente diversa.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil