La sorpresa de Iowa
Los “caucus” de Iowa rumbo a la sucesión en la Casa Blanca dejan varias lecciones, principalmente en el bando de los republicanos.
Es cierto que la noche del lunes hubo un aspirante que sacó más votos que todos los contendientes: el senador texano y evangelista Ted Cruz.
La elección primaria dejó también un gran perdedor: el hasta entonces invencible Donald Trump.
Indigo Staff
Los “caucus” de Iowa rumbo a la sucesión en la Casa Blanca dejan varias lecciones, principalmente en el bando de los republicanos.
Es cierto que la noche del lunes hubo un aspirante que sacó más votos que todos los contendientes: el senador texano y evangelista Ted Cruz.
La elección primaria dejó también un gran perdedor: el hasta entonces invencible Donald Trump.
Pero el verdadero ganador de Iowa resultó ser Marco Rubio. El senador de Florida, hijo de padres cubanos, quedó en tercer lugar en Iowa, pisándole los talones a Trump en un estado conservador donde nadie daba un quinto por él.
“Nos dijeron que este momento nunca llegaría”, declaró el lunes Rubio tras la jornada en Iowa.
“Durante meses nos dijeron que no teníamos oportunidad alguna”.
No sorprende que el lunes en Iowa haya resultado vencedor Ted Cruz. Los votantes de este estado del centro de los Estados Unidos son en su mayoría evangélicos como él y su familia. Su padre, que es pastor en Texas, lo acompañó a recorrer el estado para conseguir el respaldo de los votantes.
La sorpresa de Iowa fue indiscutiblemente Marco Rubio, que en los sondeos electorales nunca había aparecido cerca de Cruz ni mucho menos de Trump.
Rubio el lunes confirmó que se perfila para ser el precandidato que apoye el establishment del Partido Republicano, renuente a respaldar el radicalismo que representa el empresario Donald Trump.
Hasta el lunes la popularidad de Rubio estaba estancada. Su discurso había sido opacado por el populismo de Trump y por el ultraconservadurismo del senador texano Ted Cruz.
Pero Iowa regresó a la competencia a este senador hijo de padres cubanos –como Ted Cruz– pero más moderado que el senador texano apoyado por la Iglesia evangelista.
Rubio es versátil: su discurso es conservador cuando es necesario pero también se modera cuando el auditorio lo exige.
En Iowa Rubio mostró solidez para competir por la nominación republicana.
En los próximos días la candidatura de Rubio quizás reciba otra buena noticia: la declinación de Jeb Bush, exgobernador de Florida, de contender por la candidatura presidencial republicana.
La elección en Iowa nunca ha sido decisiva en la carrera por la presidencia de los Estados Unidos, pero si es clave para descartar y perfilar favoritos. Quizás en este estado se haya comenzado a escribir el lunes pasado la caída de Trump y el ascenso de Rubio a la candidatura presidencial del Partido Republicano.
Trump es una amenaza para el statu quo del Partido Republicano. Los daños de la derrota del magnate en Iowa pueden provocar una crisis en su campaña si no son atendidos pronto.
Iowa ha resultado un fracaso para él en todos los sentidos. Su derrota borra esa percepción que intentó construir de ser un candidato invencible. Llegó como favorito a Iowa, pero se va lleno de incertidumbre y cargando una losa.
El empresario millonario estaba confiado en resultar vencedor del caucus de Iowa, pero muchos votantes le han dado la espalda, quizás rechazando su populismo y radicalismo. Fue superado por Ted Cruz, el ultraconservador senador texano, tan radical como él.
Lo más probable es que Cruz haya llegado a su tope en Iowa, pero las posibilidades de que Marco Rubio siga creciendo son altas entre el bloque republicano y logre beneficiarse del voto antiTrump.
La siguiente parada en la contienda por la Presidencia de los Estados Unidos será New Hampshire, en el estado de Nueva Inglaterra, donde el próximo 9 de febrero se realizarán las elecciones primarias rumbo a la Casa Blanca.
Los sondeos ponen con ventaja a Trump en la contienda republicana y a Bernie Sanders en la demócrata, por encima de Hillary Clinton, que el lunes en Iowa terminaron empatados en la elección demócrata.
Sanders resultó ser el ganador moral de Iowa con el empate con Clinton. El senador por Vermont autodenominado socialista, ha defendido en Iowa su derecho a soñar en ganarle a la exsecretaria de Estado la candidatura demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos.