El servicio de inteligencia rusa está en problemas. Estados Unidos, Holanda, Australia y Gran Bretaña han señalado al Departamento de hackear agencias, por la caída de aviones, y por una indagación sobre armas químicas.
Las denuncias de los supuestos delitos rusos comenzaron en Gran Bretaña, cuando las autoridades británicas y australianas acusaron a la agencia de idear el ciberataque que le provocó pérdidas multimillonarias a Ucrania en 2017.
Horas después de las denuncias de Gran Bretaña y Australia, funcionarios de la defensa holandesa difundieron fotos y una cronología del intento fallido de la GRU de penetrar la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ).
De acuerdo con las autoridades holandesas, GRU intentó entrar a la OPAQ mediante un equipo de hackeo de redes wifi escondido en la parte trasera de un auto. Tras darse a conocer la acusación, el servicio de inteligencia aseguró que lo que intentaba hacer era investigar el ataque a uno de sus exespías, Sergei Skripal
El presidente ruso dijo que al Kremlin ya no le interesaba Skripal desde que fue enjuiciado en Rusia y enviado a Inglaterra en un intercambio de espías en 2010. Cuando el coronel fue envenenado, Reino Unido acusó a Rusia de ese incidente.
Los holandeses también acusaron a la agencia por el derribamiento de un vuelo de Malaysia Airlines sobre el este de Ucrania en 2014, dejando sin vida a 298 personas que iban a bordo. Incluso, un equipo investigador encabezado por Holanda dijo tener pruebas contundentes de que el misil que derribó el avión salió de una unidad militar con sede en Rusia, un acto que Moscú niega.
Por último, fue el turno de Washington. El Departamento de Justicia acusó a siete agentes de la GRU, incluidos cuatro capturados en La Haya, de una serie de hackeos contra más de 250 deportistas, una empresa de energía nuclear y una compañía química suiza.
“Los rusos fueron sorprendidos con sus equipos y la gente que lo hacía. Tienen que pagar la cuenta. Habrá que obligarlos a rendir cuentas”
¿Qué es la GRU?
Creada por los bolcheviques en 1918, la Dirección general de la inteligencia del estado mayor de las fuerzas armadas rusas (GRU) tiene fama de ser la más poderosa y la más audaz agencia de espionaje en el país asiático.
Dirigida desde 2016 por Igor Korobov, que figura en la lista de las personas más sancionadas por la administración estadounidense, la GRU dispone de la una vasta red de agentes en el extranjero y de unidades militares de élite.
