Mañana, Estados Unidos conmemorará 20 años del atentando contra las Torres Gemelas, un golpe que no sólo afectó a esa nación a nivel internacional, sino a sus propios ciudadanos, quienes comenzaron a generar odio hacia la comunidad islamista o musulmana que habitan en su país. De acuerdo con datos del FBI, en el 2000 se registraron 28 incidentes contra personas de creencia islamista y 33 ofensas. Un año después, tras el 11-S, esos números aumentaron a 481 y 546 respectivamente.
En 2019, aunque esos registros bajaron a 176 incidentes y 219 ofensas, la islamofobia sigue presente en Estados Unidos a dos décadas del atentado impulsado por el grupo terrorista Al Qaeda.
Para la doctora Arlene Ramírez, internacionalista y docente del Tecnológico de Monterrey, esa actitud no refleja otra cosa más que el origen del país norte, el cual se desarrolló bajo esas creencias xenofóbicas.
“La única estrategia para contrarrestar la fobia y el estigma negativo sobre el Islam, es siendo verdaderamente influyentes, abrazando la multiculturalidad con la que se formó este país”, señala.
Además, agrega que lo que sigue haciendo falta en Estados Unidos para llegar a un punto en el que ninguna de sus comunidades, entre ellas la latina y la afroamericana, sigan siendo agredidas, es que sus ciudadanos conozcan los orígenes reales con los que se conformó la nación que tienen ahora.
Por su parte, la maestra Norma Soto Castañeda, internacionalista y docente de la Universidad La Salle, señala como primordial que el gobierno estadounidense regule las ofensas hacia personas con otra religión y país de origen distinto.
“Lo que deben hacer es avanzar de manera conjunta respetando las creencias, las filosofías, y las formas de pensamiento de cada uno. Y sí, es un tanto difícil que el enojo y las disputas acumuladas en 20 años desaparezcan a corto plazo, pero hay que recordar que Estados Unidos es un país que se integra de muchas religiones, y por lo tanto su situación interna debe ser muy cuidada”, menciona.