Legislar con la maternidad en los brazos
Diputadas y senadoras llevan a sus hijos a los recintos legislativos. Los niños representan las agendas de las legisladoras en pro de los derechos de las mujeres y la infancia
Mariana RecamierLegisladoras asisten a los congresos o parlamentos con sus hijos en los brazos. Algunas de estas diputadas o senadoras crean o aprueban leyes que protegen los derechos de las mujeres y los niños.
Un último caso de este fenómeno internacional sucede en México. La senadora por el PAN Martha Cecilia Márquez Alvarado lleva a su hija que tiene cuatro meses de edad hasta el estrado de la Cámara Alta. La niña pasa los primeros días de su vida entre presentaciones de proyectos de ley y discusiones de Grupos Parlamentarios.
La bebé asiste de forma recurrente al Senado desde hace tres meses para ser amantada y porque no tuvo problemas para adaptarse al lugar. En entrevista con Reporte Indigo, Márquez Alvarado comparte que la lactancia permite que su hija esté tranquila en el organismo legislativo.
Del otro lado del teléfono, se escuchan los balbuceos de una niña que no tiene ni medio año de edad, pero que tal vez escucha todos los días más sobre leyes que el mexicano promedio.
La panista asegura que lleva a su hija al Senado para cuidarla de cerca, sin embargo, considera que ese acto personal es una forma de visibilizar lo que enfrentan las mujeres que son madres.
La senadora agrega que el hecho de que su hija acuda al Senado también puede sensibilizar a los legisladores para que protejan los derechos de las mujeres y los menores de edad.
En ese sentido, la también representante por Aguascalientes se preocupa por ambos sectores de la población. La integrante del Grupo Parlamentario del PAN presentará una iniciativa de ley en contra de la violencia política contra las mujeres en razón de género y es integrante de la Comisión de Derechos de la Niñez y de la Adolescencia.
Márquez Alvarado presentó 13 iniciativas y se adhirió a 12 más. La panista entregó una propuesta el pasado 12 de febrero para fortalecer los derechos laborales relacionados con la maternidad que puede ampliar el tiempo de descanso a 40 minutos durante la jornada laboral para alimentar a sus hijos en edad de lactancia, en sitios apropiados e higiénicos en el lugar de trabajo.
La iniciativa también contempla incrementar el permiso de paternidad a 20 días con goce de sueldo para facilitar las atenciones de sus hijos recién nacidos, mismo beneficio en caso de adopción.
“Seguiré impulsando leyes sobre estos temas porque a las mujeres se nos responsabiliza del aborto, la crianza de los hijos y el trabajo… Se nos quiere como mamás perfectas, pero también se nos quiere trabajando”, opina la representante del PAN.
Además, la legisladora anticipa que los siguientes días presentará una iniciativa enfocada a erradicar la violencia política contra las mujeres.
“En ese tema también hay que avanzar porque todavía se sigue creyendo que las mujeres no podemos encabezar ciertos espacios y lo más lamentable es que se nos agrede en medios de comunicación”, describe la legisladora.
Problemas en el Senado
No es sencillo legislar con la maternidad en los brazos. En medio de un debate sobre la crisis de gasolina, el presidente de la Comisión Permanente, Porfirio Muñoz Ledo, le pidió a Márquez Alvarado que bajara del estrado debido a que había excedido su tiempo supuestamente porque llevaba a su bebé en brazos.
El presidente de la Comisión Permanente interrumpió a la senadora diciendo que “hay un mínimo de tolerancia materno infantil“, en referencia a su hija de cuatro meses.
“Aunque están criticando la decisión de llevar a mi hija, el comentario de Muñoz Alvarado provocó que hoy se hable de que las mujeres tenemos derecho a la lactancia, de lo que podemos hacer las legisladoras y los legisladores para mejorar las condiciones de las mujeres, de las mamás trabajadoras y de nuestros niños”, comenta la senadora.
Otras coordenadas
La senadora dice que sigue el ejemplo de otras mujeres que llevan a sus hijos a los organismos legislativos en el mundo. Tal es el caso de la diputada chilena Camila Vallejo, quien asiste al Congreso con su hija Adela desde que asumió el cargo en 2014.
La exlíder estudiantil es criticada por sus opositores políticos, a quienes respondió mediante Twitter que la asistencia de su hija en el recinto legislativo está relacionada con reformas laborales que mejoren las condiciones para desarrollar la maternidad y paternidad en Chile.
Las mujeres también legislan con la maternidad en las manos en el otro polo del continente. El 19 de abril de 2018, Maile Pearl Bowsley hizo historia en el Capitolio de Estados Unidos. En brazos de su madre, la senadora Tammy Duckworth, la pequeña se convirtió en la primera bebé en asistir al Senado.
Los niños también asisten a los organismos legislativos en Australia. En mayo de 2017, Alia Joy fue la primera bebé en ser amamantada dentro del Parlamento australiano. Su madre, la senadora del Partido Verde, Larissa Waters, regresó de su licencia de maternidad para trabajar acompañada de su hija.
La diputada española Carolina Bescansa hizo lo mismo con su bebé de seis meses. En 2016, la política llevó a su hijo hasta el escaño del Congreso, donde lo amamantó durante la sesión constituyente.
Mónica García, diputada de la Asamblea de Madrid, también asistió a trabajar acompañada de su hija. Para continuar con sus labores legislativas, García puso como condición que no se despegaría de su bebé y agradeció a sus colegas las facilidades y el apoyo para continuar con su trabajo.
La europarlamentaria Ronzulli llevó a su bebé recién nacido al Parlamento italiano en 2010, como una forma de solidarizarse con las mujeres que logran conciliar vida familiar y laboral.
Como conclusión, la senadora mexicana advierte que al final de su trayectoria lo que trasciende son las leyes que logran implementar las legisladoras para favorecer los derechos de ciertos sectores.
La experiencia de estas legisladoras madres recuerda “lo personal es político”, una consigna utilizada desde los sesenta durante la segunda ola del feminismo. La frase representa que un acto individual como la maternidad está poblado de connotaciones sociales que incluyen violencia, pero también la potencialidad para convertirse en acciones subversivas.