Les llega la resaca
El dolor de quedar a un paso de ser campeones del Mundo se tradujo en caos y violencia en las calles de Argentina.
Tras la derrota de la albiceleste ante Alemania, hinchas radicales y anarquistas tomaron las calles de Buenos Aires y otras ciudades para cometer actos vandálicos, lo que dejó en los últimos dos días cerca de 120 detenidos, más de 70 heridos y un muerto.
Pedro Pablo CortésEl dolor de quedar a un paso de ser campeones del Mundo se tradujo en caos y violencia en las calles de Argentina.
Tras la derrota de la albiceleste ante Alemania, hinchas radicales y anarquistas tomaron las calles de Buenos Aires y otras ciudades para cometer actos vandálicos, lo que dejó en los últimos dos días cerca de 120 detenidos, más de 70 heridos y un muerto.
“El panorama era desolador esta mañana en los alrededores del Obelisco”, escribió ayer el diario Clarín, “vidrieras rotas, locales atacados, semáforos dañados, basura y vandalismo en las paradas del Metrobús eran las consecuencias de los incidentes”.
Para el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, los desastres no fueron casualidad, sino un ataque planeado de un grupo específico de personas que quisieron aprovechar el furor.
“Esto fue totalmente planificado. Hubo una planificación para que ocurriera esto y para que se pueda generar un gran caos”, expresó a la radio La Red el secretario de Seguridad del país, Sergio Berni.
“Estos delincuentes intentaron llevar zozobra en un lugar de festejos para poder así hacer saqueos, robar a la gente y pelearse entre ellos”.
¿Cuál gobierno tuvo la culpa?
El caos provocó un enfrentamiento entre el Gobierno de Buenos Aires y la Federación.
“Fuentes del Gobierno porteño dijeron que el viernes hubo una reunión en la que se programó el operativo de seguridad para la concentración por los festejos del Mundial. Y en la reunión quedó establecido un comando unificado, a cargo de la Policía Federal”, informó Clarín.
Pero diputados kirchneristas acusaron al jefe de Gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, y al ministro de Seguridad de esa ciudad, Guillermo Montenegro de incumplir con su deber.
“Tienen que explicar cuál es la función de la policía porteña, ya que no estuvo para garantizar un festejo popular y dejó a la gente en manos de vándalos cuya función era destruir los lugares cercanos al festejo”, dijo a Telam la legisladora María del Carmen Bianchi.