La presidenta Michelle Bachelet y los chilenos temblaron de miedo con el sismo de 8.2 grados que sacudió el martes el norte de ese país, donde murieron seis personas.
Pero esa cifra de decesos y las más de 972 mil personas evacuadas no se comparan al daño ocasionado por el terremoto de 8.8 grados del 2010, cuando a días de que Bachelet dejara el poder murieron 525 personas, de las que 181 no tuvieron la alerta de tsunami a tiempo.
“La experiencia ha provocado que la ciudadanía, mejor informada que hace cuatro años, haya evacuado las costas chilenas de forma tranquila y que no se hayan producido incidentes en las calles”, informó ayer El País.
Ahora, a 21 días de asumir la presidencia, la socialista se enfrentó a otro sismo, pero esta vez respondió con rapidez y acudió de inmediato a visitar la zona afectada, que declaró en “desastre”.
Los medios chilenos destacan que los daños fueron menores y que ocurrieron en pequeños poblados y caminos, además de que tres de las víctimas mortales murieron de un infarto.
“El manejo de La Moneda ha tenido otros cauces respecto a los que siguió en 2010”, admitió el diario La Tercera.
En esta ocasión, el escándalo fue la fuga de unas 322 presas en una prisión de Iquique, pero al menos 100 se entregaron de forma voluntaria.
Se avecina algo más
La alerta de tsunami ya no sigue vigente en Chile, Perú y Ecuador, pero el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) pide no bajar la guardia a corto y mediano plazo.
“Los expertos del organismo agregaron que aún esperan un movimiento de 8.8 u 8.9 Richter”, reportó CNN Chile.
Las lecciones de la historia
La ubicación geográfica de Chile hace al país un punto vulnerable a los sismos, que han enseñado al Gobierno a prevenir mejor.
1960 > 9.5 grados. Este temblor, en la ciudad de Valdivia, se considera el más fuerte del siglo XX, con mil 600 muertos.
2010 > 8.8 grados. Ante alertas emitidas a destiempo, 525 personas murieron en la costa central de Chile a unos días de que Bachelet dejara el poder.
