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Además del futuro de los británicos, en las elecciones generales de Reino Unido de este jueves se juega el futuro de toda la Unión Europea (UE).
Los analistas estiman que el ganador podría definir si Londres abandona el organismo y cierra las puertas a la migración, incluyendo a aquellos de un país miembro de la UE.
El surgimiento del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) ha marcado estas elecciones, pues su discurso xenofóbico y en contra de la integración europea ha captado la atención de los votantes más conservadores y ultraderechistas.
Ante la influencia de UKIP, el Partido Conservador, que por ahora gobierna el país bajo el primer ministro David Cameron, ha prometido que hará un referendo para que los ciudadanos decidan si permanecen o abandonan la UE.
Los principales opositores, el Partido Laborista, de centro izquierda, favorecen la integración, pero el sentir del electorado los ha orillado a considerar la realización del referendo.
Aunque en diferente medida, Conservadores y Laboristas prometen controles más estrictos para inmigrantes, incluso contra miembros de la UE, mientras que UKIP cerraría casi por completo las fronteras.
Europa teme
Con este panorama, los aliados de la canciller alemana Angela Merkel, la lideresa más influyente de la Unión, esperan que el ganador sea el líder del Partido Laborista Ed Miliband, quien tiene la postura más suave hacia el organismo.
“Los Social Demócratas de Alemania (la coalición de Merkel) ven una victoria de Miliband en las elecciones del 7 de mayo como la mejor esperanza para mantener a Gran Bretaña dentro de la Unión Europea”, informó Bloomberg el lunes.
Pero el horizonte se complica ante lo cerrado de la contienda: la encuestadora de la BBC informa que los Conservadores tienen una intención de voto de 34 por ciento, los Laboristas de 33 por ciento y UKIP de 14 por ciento.
La pesquisa muestra que esta tendencia no ha variado casi nada desde diciembre pasado, por lo que tendría que existir una coalición con un partido más pequeño, como los Liberales Demócratas, para que se forme un gobierno.
Por ello, los líderes europeos han guardado su distancia con el actual primer ministro.
“Las instituciones europeas saben que podrían enfrentarse, en el futuro, a peligrosas discusiones en caso de que se haga un referendo sobre la permanencia del país en la Unión, prometido por el conservador David Cameron”, publicó Le Monde.
¿Salida inminente?
Pese a que los políticos a favor de la integración no quieren correr riesgos, algunos analistas ven con escepticismo que Reino Unido salga de la UE, aun con el referendo.
Una encuesta de YouGov mostró el lunes que 34 por ciento del electorado definitivamente votaría por quedarse en la UE y que otro 18 por ciento probablemente también apoyaría la permanencia.
En contraste, sólo 18 por ciento se ha decidido a votar de forma definitiva por abandonar el organismo, mientras que 14 por ciento piensa que probablemente votaría por salir.
Además, la Cámara Británica de Comercio informó, con base en una encuesta realizada en diciembre, que 59 por ciento de las compañías considera que salir de la UE tendría un efecto negativo en la economía.
De hecho, explican especialistas, aunque a los británicos les moleste la injerencia de la Unión en temas políticos y sociales, los comerciantes favorecen la integración por la libertad de intercambio de productos.
Sin embargo, aunque Reino Unido no abandone el organismo, los empresarios exigen que haya una reforma que beneficie a las compañías.
“Los negocios quieren menos barreras al comercio e inversión a lo largo de Europa, pero también quieren medidas para estados miembros, como Reino Unido, que no estén interesados en demasiada integración”, dijo a The Guardian el director de la Cámara de Comercio, John Longworth.