El presidente de Rusia, Vladimir Putin, sigue teniendo el camino libre para seguir representando a su país, luego de concretar el pasado lunes una ley que le permitirá reelegirse en 2024 y 2030.
De ese modo, en caso de volver a las contiendas y ganar la silla presidencial, sin duda el más beneficiado será el mismo Putin y sus aliados, entre los que destacan los países que, por años, han colaborado con su administración.
Entre esos países aparece China, por sus relaciones comerciales; Irán, con quien tiene una alianza en Oriente Medio; el bloque europeo, por su liderazgo con el petróleo y el gas; y los miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), como Kazajistán y Bielorrusia, por su cercanía geográfica.
Y aunque se podría creer que el gobierno ruso tiene una lista mucho más larga de aliados internacionales al ser uno de los países con más poder en el mundo, en realidad esos estados son contados.
De acuerdo con Dora Isabel González Ayala, internacionalista de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, el número de aliados de Rusia es corto, entre otras cosas, por la idea de protección del espacio vital ruso, y por la compleja ubicación en la que este país está ubicado.
“La región euroasiática es bastante compleja; entonces, eso los hace tomar decisiones y relaciones políticas prioritarias territoriales para proteger su zona (…) Aunque, debido a la coyuntura, también puede tener relaciones con América Latina, sobre todo con Sudamérica”, dice González Ayala, destacando la relación de negocios que ha tenido Rusia con naciones latinas debido a su vacuna Sputnik V.
Al respecto, Sergio Escamilla, analista internacional de la Universidad Iberoamericana, sostiene que las negociaciones por su vacuna le han permitido a Rusia, sin duda, seguir el ejemplo de China, pues ha desarrollado toda una estrategia con otros continentes debido a la fabricación de sus dosis.
Por otra parte, el académico admite que, en caso de que Vladimir Putin no llegue a reelegirse en 2030, pues en 2024 las posibilidades son muy altas de que lo haga, todas esas relaciones internacionales las deberá manejar quien quede en su lugar, alguien como Dmitri Medvédev, el actual vicepresidente del Consejo de Seguridad Rusa.
“Si algo llegara a ocurrir con el presidente Putin, él tiene garantizado darle este privilegio de la ley o de la Constitución enmendada a Dmitri; entonces, a través de él podría seguir ejerciendo el poder y el control ruso”, admite Escamilla.
La elección de Medvédev a la presidencia rusa es la más probable de materializarse en un futuro, sobre todo porque en Rusia aún no existe un oponente claro para enfrentar al presidente.
Adán Miguel Rodríguez, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, admite al respecto que también debido a la falta de contrincantes políticos es que se pudo reformar y agilizar la ley que le permitirá a Putin seguir gobernando.
“No hay una imagen que pueda ser una alternativa real para sustituir a Putin en la presidencia de Rusia, y no creo que eso vaya a ocurrir al menos en el 2024, porque en este momento no hay una figura de su peso”, agrega.
Los desafíos para Vladimir Putin
A lo largo de su mandato, el presidente Putin ha enfrentado diferentes desafíos, como la más reciente acusación de envenenamiento a su opositor Aléxei Navalny, o la supuesta intervención a las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016.
Sin embargo, y a pesar de todo ello, el jefe de Estado ruso ha salido bien librado, o al menos no ha recibido golpes que pongan en duda su gobierno.
Ante esto, el catedrático de la Universidad Iberoamericana, Sergio Escamilla, asegura que Vladimir Putin no ha salido realmente perjudicado porque, cuando se dan este tipo de operaciones políticas, en realidad existen otras personas que actúan en nombre del presidente.
“Claro que todas estas cuestiones han generado sanciones internacionales, se han congelado cuentas o se ha prohibido el ingreso a Estados Unidos a ciertos miembros del gabinete ruso (…) Pero de alguna manera el presidente lo ha ido afrontando con el apoyo de su gran riqueza petrolera y sus alianzas con China, Irán, Turquía, entre otros jugadores importantes”, destaca.
Finalmente, según la internacionalista Dora Isabel González Ayala, el otro desafío al cual debe enfrentarse Putin son los impuestos, tomando en cuenta que la federación rusa está creciendo mucho en el tema del involucramiento comercial.
“Creo que el reto está ahí y en las nuevas generaciones políticas, porque aunque quizá con el presidente no hay mucho cambio, sí deben existir modificaciones federales tanto en el gabinete como en el Duma Estatal, y las nuevas generaciones están más que involucradas en esto”, detalla la académica.