Ni el exdirector general del Fondo Monetario Internacional (FMI) Rodrigo Rato se ha salvado de la lucha anticorrupción que han emprendido los españoles.
Autoridades federales detuvieron a Rato y congelaron sus cuentas el viernes pasado, pues está acusado de lavado de dinero, alzamiento y fraude fiscal.
El diario El País publicó ayer que Rato tiene 78 cuentas en 13 bancos distintos, lo que despertó suspicacias de los investigadores cuando actualizó la información de su Declaración Tributaria.
El fisco asegura que su patrimonio asciende a cerca de 27 millones de euros, de los que habría defraudado al menos 2.42 millones.
El caso cobra mayor relevancia porque Rato fue ministro de Economía y vicepresidente durante la presidencia de José María Aznar, del Partido Popular (PP), que hoy gobierna España con el presidente Mariano Rajoy.
A Rato también lo investigan por un supuesto fraude en Bankia, organismo bancario que él presidió.
También está involucrado en el escándalo de unas tarjetas de crédito del banco Caja Madrid que presuntamente obsequiaron a numerosos empresarios, representantes políticos y sindicales a cambio de favores.
El exdirector del FMI ha negado todas las acusaciones y hay quienes aseguran que es un “chivo expiatorio” para desviar la opinión pública de cara a las próximas elecciones generales de este 2015.
“El PP está constatando que la corrupción está haciendo mucho más daño de lo que pensaba y que no va a poder recuperar votos sólo con el discurso de la recuperación y ha visto en Rato una oportunidad”, señaló a AFP el politólogo Antón Losada.
Ciudadanos impulsan lucha
La indignación de la sociedad civil ha impulsado la lucha contra la corrupción, como han demostrado los miles de españoles que han salido a las calles para manifestar su indignación ante los presuntos delitos de Rato.
La Policía Nacional informó a finales de 2014 que en los últimos dos años han incautado más de 40 millones de euros en 2 mil 600 operativos, bloquearon 2 mil cuentas bancarias y confiscaron bienes inmuebles por más de 250 millones.
Además, en noviembre y octubre pasado ocurrieron los macro operativos “Enredadera” y “Púnica”, en los cuales la Guardia Civil aprehendió a más de 80 funcionarios involucrados en una red de moches y corrupción.
Castigan bipartidismo
La lucha contra la corrupción también ha puesto en aprietos a los dos partidos predominantes de España, el PP y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a meses de las elecciones generales, que a más tardar se celebrarán en diciembre.
Una agencia de la encuesta Metroscopia reveló la semana pasada que 77 por ciento de los españoles quiere que estos partidos dejen de ser preponderantes.
La misma pesquisa mostró que el partido Podemos, que surgió de forma reciente como un movimiento ciudadano de izquierda, está a la cabeza de las preferencias electorales, pues 22.1 por ciento de los españoles votaría por ellos.
Otro partido que recién nació de una movilización civil, Ciudadanos, tiene ya 19.4 por ciento de la intención de voto.
Ambos partidos, que podrían formar una coalición según medios españoles, iniciaron hace poco como una manera de protestar contra los partidos tradicionales: el PP y el PSOE.
Aunque en el pasado el PP y el PSOE se disputaban la mayoría de los votos, ahora su intención de voto está en 20.8 por ciento y 21.9 por ciento, respectivamente.