Todo parece indicar que el Papa Francisco se toma en serio su intención de crear “una Iglesia pobre para los pobres”.
El Pontífice acusó ayer a los políticos, empresarios y sacerdotes corruptos. Fue la secuela de los señalamientos que hizo el lunes contra aquellos que se enriquecen por medio de la especulación en los mercados financieros.
“Los políticos corruptos, los empresarios corruptos, los sacerdotes corruptos: los tres perjudican a los inocentes, los pobres, porque son los pobres los que pagan las fiestas de los corruptos”, afirmó. “Ellos pagan la cuenta”.
El lunes, el Papa manifestó que “es importante que la ética nuevamente juegue su parte en el mundo financiero”, y que los mercados sirvan a “los intereses de la gente y del bien común de la humanidad”.