Los retos de Justin Trudeau tras ganar las elecciones con minoría en la Cámara baja 

A pesar de haber ganado una tercera reelección, el primer ministro canadiense no logró que su partido obtuviera una mayoría en la Cámara baja, un escenario que lo obliga a reforzar su mandato con la implementación de mejores políticas medioambientales, económicas y su lucha contra la pandemia
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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Ante un escenario de elecciones adelantadas, los canadienses continuarán con el mismo líder político que los ha representado desde 2015: Justin Trudeau, un primer ministro que, a pesar de su victoria, esperaba resultados diferentes.

Al llamar a una nueva jornada electoral, Trudeau tenía en mente que su partido ganara la mayoría de los escaños en la Cámara baja, pues sólo así podría avanzar lo más pronto posible con sus políticas económicas para enfrentar las consecuencias de la pandemia.

Sin embargo, los electores sólo le dieron 158 escaños a su grupo político, el Partido Liberal, alejándolo de lo que él ansiaba: obtener al menos 170 asientos, 14 menos de los que obtuvo hace seis años cuando lideraba la también llamada Cámara de los Comunes.

Pero aunque el funcionario agradeció los votos no tan populares al tener casi los mismos resultados que en 2019, deberá enfrentarse a múltiples retos para sacar adelante a su población y demostrar por qué sigue siendo elegido como primer ministro y, a su vez, líder del Liberal.

Pía Taracena, analista internacional y académica de la Universidad Iberoamericana, opina que entre esos desafíos está el cómo seguirá manteniéndose en el poder al menos hasta 2023, cuando tendría que haber terminado su segundo mandato.

Además, ese reto irá de la mano con que en cualquier momento el Partido Demócrata, el segundo con más asientos en la Cámara baja, decida adelantar otras votaciones, dejando a Justin Trudeau en incertidumbre durante su tercera administración.

“Si quiere mantenerse en el poder para 2023, creo que va a ser muy importante lo que haga ahora, y en ese sentido deberá cumplir con la agenda que planteó (en la campaña), como seguir con la lucha contra el COVID-19 a través de las vacunas, pero sobre todo implementar el pasaporte de vacunación”, dice la catedrática.

Con estas medidas, aunque el primer ministro espera reforzar el papel que su país ha tenido ante la crisis sanitaria a nivel mundial, pues Canadá es uno de los pocos Estados con menos contagios y con una de las tasas de mortalidad más bajas, quienes podrían enfrentarlo son los grupos antivacunas.

Estas personas han estado acechando la administración de Trudeau desde que comenzó la pandemia, ya que aseguran que las medidas de su gobierno son muy estrictas, como el cerrar la frontera sur con Estados Unidos, exigir un confinamiento obligatorio y ahora el requerimiento del pasaporte de vacunación.

Dicho documento ya ha sido implementado en otras naciones, principalmente europeas como Francia e Italia, solicitándole a la gente un comprobante con el que se demuestre que ya ha sido inmunizada.

Pero además de las medidas sanitarias, la académica Pía Taracena señala que otro de los retos que deberá enfrentar Trudeau será cumplir con sus deberes ante la lucha contra el cambio climático defendiendo una política verde, y velar por las familias más afectadas en materia económica.

En ese sentido, se espera que el líder canadiense cumpla con dos objetivos primordiales: llegar al 100 por ciento de electricidad sin emisiones para 2050, y apoyar económicamente a las familias de clase media y baja para que otros cuiden de sus hijos, y así los padres de familia vuelvan a sus actividades laborales.

“Trudeau corre el riesgo de que si no le va muy bien, los conservadores puedan adelantar las elecciones de 2023 (…) Sin embargo, creo que el pueblo canadiense le dio un voto de confianza para seguir cumpliendo sus promesas”, asegura Taracena.

El papel de Trudeau ante la oposición

Al no obtener una mayoría en la Cámara de los Comunes a través de su partido político, Justin Trudeau deberá enfrentarse a la oposición, pero principalmente a los electores que no lo votaron.

Ante esto, Óscar Abad, especialista en diplomacia y Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, destaca que lo que debe realizar el primer ministro es una estrategia de apertura política y conciliación con las ideologías que no forman parte de lo que él representa.

“Mientas él no entre en el juego de desacreditar a otros y mantenga una agenda orientada única y exclusivamente a los intereses del Partido Liberal, va a ir recuperando parte del apoyo popular que tenía”, asegura.

De ese modo, si el primer ministro decide continuar respetando a las diferentes opciones políticas, y además cumple con los retos en materia económica, sanitaria y social, se espera que sus niveles de aceptación se incrementen a los ya registrados.

El pasado 14 de septiembre, seis días antes de las elecciones, la empresa Morning Consult informó que la aprobación de Justin Trudeau descendió a un 45 por ciento, 18 puntos menos que en su periodo más alto registrado en mayo pasado.

“Ellos estimaban que obtendrían la mayoría que tanto buscaban, y creo que la verdadera enseñanza de estas elecciones es que en la política lo único cierto es que no hay nada seguro”, destaca Abad.

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