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El Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico (APEC) se ha convertido en un escenario en el que Estados Unidos (EU) y China miden sus fuerzas como potencias mundiales.
El presidente chino Xi Jinping, anfitrión del evento, está aprovechando que es la nueva economía más grande del mundo, según el Fondo Monetario Internacional, y que su homólogo estadounidense, Barack Obama, está en un momento de debilidad.
Obama afronta un bajo nivel de aprobación en EU, la reciente victoria de los republicanos en las elecciones de medio término y crisis exteriores en Iraq, Siria y Ucrania.
En contraste, el mandatario chino goza la oportunidad de imponer su agenda en el Foro, ha estrechado relaciones bilaterales con Japón y recién encabezó una campaña contra la corrupción, lo que ha fortalecido a su partido.
Mientras a Obama le quedan dos años de mandato con un Congreso controlado por el partido de oposición, a Xi Jinping le restan ocho años con el poder a su favor.
Esto es un reto para la influencia de la Casa Blanca frente a los políticos asiáticos.
“Esta va a ser una gira difícil para el presidente. Intentarán discernir si (Obama) está comprometido y si tiene el capital político para seguir hasta el final”, indicó a El Nuevo Herald Ernest Bower, analista.
El club de China
Antes de que comenzara el Foro, ayer, el presidente ruso Vladimir Putin ya se había reunido con Xi Jinping, lo que representa un golpe diplomático para Washington.
Ambos mandatarios firmaron acuerdos de cooperación energética, incluyendo el desarrollo de una segunda ruta de abastecimiento de gas natural de Rusia a China.
Esto sería otro tropiezo para EU, que ha confrontado a Putin por la crisis de Ucrania.
“Ya sea que esto es más un show que una realidad, se ha desatado un intenso debate en Washington, donde funcionarios y especialistas rechazan el prospecto de una alianza más significativa entre Rusia y China por sus diferencias fundamentales.
“Pero otros dicen que la administración de Obama debería tomar esta amenaza seriamente, pues Moscú está persiguiendo tratos de energía, finanzas y militares con Beijing”, publicó The New York Times el sábado tras la reunión de Xi Jinping y Putin.
El Foro reúne a 21 países, que juntos representan la mitad del PIB mundial, entre los que se encuentran Japón, Chile, México y Perú.
Mientras que el primer ministro nipón, Shinzo Abe, hizo las paces con el gobierno de Xi Jinping, el evento también es una oportunidad para que los países latinoamericanos estrechen lazos con China.
Ambos hechos significarían una intromisión en la esfera de influencia de EU.
“Obsesionada con que la reunión sea un éxito”, reportó ayer El País, “China ha tomado no sólo una serie de medidas extraordinarias de seguridad, más de 28 mil efectivos vigilan la cumbre, y contra la contaminación.
“Sino que también se ha esforzado por suavizar sus disputas diplomáticas para garantizar que el encuentro se desarrolle en un clima de cooperación”.
El contraataque de EU
Tras su llegada ayer a China y previo a su reunión con el Xi Jinping, que se realizará el miércoles, Obama ofreció una rueda de prensa en la que atacó a China en varios aspectos, como en las represión de la democracia de Honk Kong.
“Nuestro mensaje primario ha sido asegurar que se evada la violencia”, manifestó, “no esperamos que China siga el modelo estadounidense en cada instancia, pero vamos a seguir teniendo inquietudes sobre derechos humanos”.
Otro ataque lo dirigió contra el ciberespionaje, pues EU ha acusado en los últimos meses a China de espiar empresas e instancias de gobierno.
“Esperamos que China se convierta en una economía de innovación que valore la protección de los derechos de propiedad intelectual y rechace el ciber robo de secretos comerciales para sus ganancias”, enfatizó el líder estadounidense.
Los golpes de EU
> Obama criticó ayer el ciberespionaje de China y la represión en Hong Kong.
> EU quiere crear la Asociación TransPacífica (TPP), con 12 países de la APEC y sin China.
Los golpes de China
> El presidente Xi Jinping está reforzando sus relaciones con Vladimir Putin.
Datos del FMI revelaron en octubre que China ya es la economía número 1 del mundo.