La elección parlamentaria de ayer en Venezuela se vivió en un ambiente de tensión entre declaraciones de la oposición señalando irregularidades y el gobierno alabando la organización, y asegurando que todo marchaba sin problemas.
Se esperaba que las casillas de voto cerraran sus puertas a las 18:00 horas, pero debido a que todavía había gente formada para votar, el Consejo Nacional Electoral (CNE) decidió extender el cierre de las urnas.
Ante esto, la oposición de inmediato advirtió de un posible fraude electoral y rechazó la medida. Incluso al interior del CNE hubo discrepancias.
El rector principal del CNE, Luis Emilio Rondón, declaró que la decisión, tomada unilateralmente por la directora del organismo, es ilegal ya que “no había necesidad de prórroga en cuanto al horario”.
Por su parte, el presidente Nicolás Maduro y su primer círculo aseguraron que el sistema electoral de Venezuela es sólido y los observadores internacionales lo corroboraron.
“Es la anticultura del fraude. Construimos un sistema electoral blindado”, declaró Maduro.
La transparencia de los sufragios no fue secundada por la Misión Electoral de Observadores, grupo que consideró que no hubo garantías electorales.
Oposición ‘golpista’
El presidente de Venezuela tachó a la oposición de “golpista” e hizo referencia a las trabas económicas impuestas por Estados Unidos como la causa de las dificultades financieras que sufre su país.
Algunos opositores aseguran que se obtuvieron 111 curules y con esto una mayoría calificada. Lo que circula no avecina buenas noticias para el régimen de Maduro.
Hasta el cierre de la edición, todos los sondeos le dan la victoria a la oposición pero los resultados oficiales todavía no se confirman.