Más de un millón de personas tomaron las calles de Barcelona exigiendo votar para que Cataluña permanezca en España, luego de que el Parlamento catalán declarara su independencia.
Cataluña está polarizado, de un lado miles de personas quieren separarse de su país, del otro, miles de ciudadanos quieren seguir siendo españoles. En lo que ambos bandos coincidieron en algún momento es en que la votación sería el camino para forjar su destino.
El parlamento de Cataluña anunció su separación el pasado viernes, el gobierno de España destituyó al gobierno catalán y tomó el control de la Generalitat y convocó a votación.
“Ha sido una locura que nos ha llevado al precipicio, es un momento dramático en la historia de España, un momento tremendamente difícil y peligroso”, advirtió el expresidente del Parlamento europeo, Josep Borrell, quien pidió a los manifestantes serenidad.
Esta es la tercera vez en un mes, en la que el constitucionalismo moviliza a miles de personas a la calle, ayer el centro de Barcelona se llenó de banderas españolas, de señeras y europeas, el lema de la manifestación fue “Todos somos Cataluña”.
A la marcha, según datos de los organizadores, acudieron más de un millón de personas que inundaron desde temprano el Paseo de Gracia en la capital catalana.
La manifestación ocurrió solamente dos días después de que el gobierno de Mariano Rajoy aplicara el artículo 155 constitucional a Cataluña de 1978, que establece que el gobierno central intervendrá si una región lo desconoce.
“El Gobierno no quiere dilatar esto ni un minuto más, hay que volver a la ley y la concordia y la mejor manera de hacerlo es con urnas limpias y democráticas”, dijo Mariano Rajoy el pasado 27 de octubre.
De esta manera, el gobierno español tomó el control total de la Generalitat, el sistema institucional que organiza políticamente a la comunidad de Cataluña. La aplicación del 155 será breve, solamente durará 55 días, hasta que el próximo 21 de diciembre se abran las urnas.
Oficialmente y luego de ser destituido el gobierno español, las funciones regionales corrieron a cargo de la vicepresidenta del ejecutivo español, Soraya Sáenz Santamaría.
Los manifestantes que acudieron a protestar reclamaron además prisión para el presidente de la Generalitat, Carles Puidgemont, y otros miembros de su gobierno.
Los manifestantes llenaron el paseo de Gracia desde media hora antes de que los convocara la Sociedad Civil Catalana, desde temprano gritaban consignas como “Votarem”, “España unida, jamás será vencida”, “Puidgemont, a prisión”, “155 se acabó la fiesta” y “Más puentes y menos muros”. Los gritos y consignas fueron acompañados por carteles de los principales partidos constitucionalistas.
‘¡Cordura!’
El conflicto separatista alcanzó el pasado viernes su punto álgido con la declaración de independencia y, horas después, la aplicación del artículo 155 como medida de reacción.
Al frente de la marcha había una pancarta con el lema “Todos somos Cataluña. Por la convivencia, ¡cordura!”, detrás, caminaban la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, el líder del PPC, Xavier García Albiol, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera y el exministro del interior, Jorge Fernández Díaz.
Rivera aseguró que los catalanes defienden las leyes democráticas, la convivencia y la unión con el resto de Europa, por lo que, además de llenar las calles, estaba seguro de que llenarían las urnas para el próximo 21 de diciembre.
Por su parte, el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, dijo que las elecciones serían una gran oportunidad para que puedan opinar libre y democráticamente.
Al finalizar el acto, los asistentes entonaron el “cant de la seyera”, los himnos europeos y el español. Los convocantes, la Sociedad Civil Catalana abogó por volver a la normalidad, a la convivencia y a la reconciliación ya que el Gobierno aplicó el artículo 155.
“Estamos a tiempo de construir algo tangible y positivo, una Cataluña próspera en una España rica dentro de una Unión Europea cada vez más fuerte. Podrán hacer todas las declaraciones que quieran y alzar amenazadoramente todas las varas de mando, pero deben ser conscientes de que han partido de una premisa equivocada. Han confundido la minoría nacionalista con Cataluña y Cataluña no es de los independentistas”, sentenciaba el manifiesto de la Sociedad Civil Catalana.
“Yo soy más catalán que Puidgemont, está llevando a Cataluña a la ruina y enfrentando a una mitad de los catalanes contra la otra”, dijo Francisco Sarriá y Solé, un empresario de 65 años que está a favor de la destitución de Carles Puidgemont.
¿Prisión por ‘rebelde’?
A unos metros del lugar de la manifestación, en el barrio histórico de Barcelona, la independentista Marta Gimeno opinaba contrario a los marchantes.
“Para mí Puidgemont es nuestro presidente, la declaración de independencia nos sirve, es válida, no simbólica”, dijo al respecto.
Con la aplicación del artículo 155 no sólo se destituyó a Puidgemont, sino a otras 150 personas de cargos altos.
Oriol Junqueras, vicepresidente del ejecutivo destituido aseguró en una carta que el presidente del país “es y seguirá siendo Carles Puidgemont”.
Puidgemont en su último mensaje pidió a la oposición tomar el control del gobierno español de forma pacífica. Hoy será clave, ya que los dirigentes destituidos o los diputados del Parlamento disuelto podrían intentar volver a sus puestos de trabajo.
La fiscalía española podría dar hasta 30 años de prisión a Puidgemont por “rebelión”, a pesar de eso, el líder independentista catalán podría presentarles a las elecciones convocadas del 21 de diciembre.