Mariano Rajoy ya había prevenido que la ruta hacia su investidura sería larga y difícil.
Pero no se esperaba que el jefe del Gobierno provisional retrasara el ritmo de su propia marcha, habiendo sido designado por el rey Felipe VI hace 20 días para presentarse a la votación parlamentaria.
Los dirigentes del comité ejecutivo del Partido Popular se reunieron este miércoles para discutir una oferta de Ciudadanos, que aseguró “estar listo para apoyar a Mariano Rajoy para un segundo mandato como jefe de gobierno”, siempre y cuando el PP acepte con antelación su programa de reformas políticas.
El movimiento centrista, que presentó dicha oferta el martes, pidió la adopción de un programa de seis puntos a cambio de dar el voto de confianza a Rajoy, que actúa como jefe de gobierno provisional.
Centrada en la lucha contra la corrupción, en su propuesta, el partido de centro pidió en particular el levantamiento de la inmunidad parlamentaria, la suspensión inmediata de los funcionarios implicados en cualquier proceso judicial y el establecimiento de un límite de dos mandatos para un jefe de gobierno.
“Estas reformas son importantes, algunas afectan la Constitución, y tenemos que estudiar cuáles podrían ser las consecuencias”, aseguró Rajoy, que sabe muy bien que estas enmiendas implicarían la apertura de una investigación parlamentaria sobre las finanzas de su partido.
Después de la reunión con el PP, Rajoy dijo que no se había hablado de estas condiciones con la dirección. Pero en cambio, dijo que recibió autorización de su partido para iniciar negociaciones con Ciudadanos e hizo hincapié en la urgencia de formar un gobierno.
Y aunque en constante contradicción con sus propias declaraciones – y a pesar de que nunca se limita con el juego de palabras -, el líder de la derecha española está siendo presionado por Ciudadanos para demostrar su compromiso en la lucha contra la corrupción, e incluso, el partido de Albert Rivera le obliga a abrir una comisión parlamentaria sobre los escándalos de su propio partido.
Si el PP quiere su apoyo, los centristas piden la aceptación de las condiciones en su totalidad: para tomarlas o dejarlas.
Pero al ser la fuerza política más votada en las elecciones del 26 de junio, con 137 diputados, Rajoy no se somete fácilmente a los deseos de una formación más modesta, que estuvo en tercera posición con 32 diputados.
“Podemos aceptar muchas cosas. O no” señaló Rajoy.
Ni mayoría ni fecha precisa
Fiel a su estilo discursivo – una mezcla de lugares comunes, palabras no dichas y frases abiertas a la interpretación -, Rajoy, además de zafarse del ultimátum implícito de Ciudadanos, tampoco ha dicho si piensa presentarse en caso de no tener garantizada la mayoría parlamentaria.
Según Rajoy el tema no es la fecha de un debate, sino “la fecha de la formación de un Gobierno”.
El líder del PP tiene previsto reunirse hoy con el presidente de Ciudadanos, quien abrirá las negociaciones, solo si Rajoy firma sus condiciones. Por lo que el PP aún puede aspirar a ganar el apoyo de los centristas.
Pero si la alianza PP – Ciudadanos avanza, su toma de posesión sigue sin ser garantía, ya que los 169 escaños que suman se quedan todavía a 7 de la mayoría necesaria. Esto significa que ambos partidos necesitarán el apoyo de los socialistas.
Por lo que restarían siete votos a favor o 13 abstenciones para que Rajoy asegure su posición frente a sus adversarios en el Congreso de los Diputados y, entonces sí, romper el punto muerto en el que se encuentra el país desde hace ocho meses.
“Para formar Gobierno se requieren dos colaboraciones: la de Ciudadanos, que ha dado un paso adelante modificando su posición, y la del PSOE, que hoy parece preferir una repetición de las elecciones”, declaró Rajoy, añadiendo que si no logra salir investido, lo más probable es que
se repitan las elecciones.
“Lo que procede ahora es que yo pueda tener una conversación con el señor Sánchez para ver si realmente quiere repetir las elecciones y cuál es su criterio sobre la fecha en que debe celebrarse el debate de investidura, porque es muy importante para fijar ese debate contar con la opinión del señor Sánchez”, señaló Rajoy.
Por su parte, el Partido Socialista (PSOE) reiteró el mismo miércoles su oposición.
“No cambiaremos nuestra negativa a Mariano Rajoy”, aseguró el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, que reapareció este miércoles en el Congreso en una reunión conjunta de la comisión permanente del partido y de la dirección del Grupo Socialista.
Aseguró que Mariano Rajoy mantiene cautivas la democracia y las instituciones -en referencia a su negativa de confirmar su investidura y a prolongar la fecha para un debate-.