Más acciones menos palabras
Los discursos que dieron los líderes del mundo en el arranque de la COP21 establecieron una expectativa muy alta para la cumbre.
“Un acuerdo en París debe incluir claramente a las naciones más pobres”, aseguró David Cameron, Primer Ministro del Reino Unido.
Barack Obama reforzó lo anterior al comentar que los recursos financieros deben llegarle a los países que más lo necesitan, para que las poblaciones más vulnerables puedan resistir los actuales embates del clima, y exhortó a la audiencia diciendo:
“Ya, pongámonos a trabajar”.
Sergio Almazán
Los discursos que dieron los líderes del mundo en el arranque de la COP21 establecieron una expectativa muy alta para la cumbre.
“Un acuerdo en París debe incluir claramente a las naciones más pobres”, aseguró David Cameron, Primer Ministro del Reino Unido.
Barack Obama reforzó lo anterior al comentar que los recursos financieros deben llegarle a los países que más lo necesitan, para que las poblaciones más vulnerables puedan resistir los actuales embates del clima, y exhortó a la audiencia diciendo:
“Ya, pongámonos a trabajar”.
Justin Trudeau, el Primer Ministro de Canadá – país que durante la administración del anterior premier se había retirado del protocolo de Kioto – compartió en Twitter la foto de todos los líderes que asistieron al foro, le añadió un emocionado “¡todos estamos en esto juntos!” y confirmó: “Canadá está de regreso.
Otros presidentes y líderes de las 20 economías más importantes del mundo como Vladimir Putin de Rusia, Dilma Rousseff de Brasil y Angela Merkel de Alemania coincidieron en la urgencia que un acuerdo global y eficaz tiene para garantizar el futuro del planeta.
El anfitrión, el francés François Hollande, remató la avalancha de buena voluntad política en la inauguración advirtiendo:
“Ningún estado debe sustraerse a sus compromisos y ningún territorio debe ser dejado solo frente a la desregulación del clima”.
En resumen, los primeros dos días de la cumbre climática fueron un rotundo éxito político. Sin embargo, esta victoria inicial de los discursos todavía no garantiza que se detenga el calentamiento del planeta.
¿Demasiado tarde?
Obama aceptó que existe un punto donde el daño será irreversible y subrayó que ese punto está muy cerca de llegar.
No obstante, la grandilocuencia de la cumbre se contrapone a las propuestas concretas de países como China, Rusia, India y Estados Unidos.
Más de 180 países han prometido reducir sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), pero varios especialistas consideran que incluso si esas promesas fueran realmente implementadas, la temperatura del planeta todavía rebasaría los 2 grados Celsius con respecto a los niveles previos a la Revolución Industrial.
Lo que la ciencia requiere y lo que los países más poderosos están dispuestos a ofrecer hará que esta negociación sea la más difícil que la COP haya tenido que enfrentar desde su creación en 1992.
Los líderes del mundo han cumplido con su papel de voceros positivos y la celebración de este primer momento fue generalizada.
Por otro lado, retando a los que tachan al cambio climático de charlatanería o a la defensa del planeta como cursi, los especialistas aseguran que la ciencia no miente y que si no se dan las condiciones para detener el incremento de la temperatura, las futuras generaciones tendrán cuentas graves que pagar.
Los miles de activistas presentes en París – muchos salieron a las calles a protestar a pesar de la prohibición y los violentos enfrentamientos con la policía francesa – coinciden con los científicos.
El peligro es grave e inminente y no han quedado satisfechos con la retórica del liderazgo internacional.
Al final de todos los discursos, lo que los activistas tratan de recordarle a los negociadores en las calles de París y en otras ciudades del mundo, es que lo que está en riesgo son vidas humanas.
El fracaso no es una opción
Los Verdes Globales, red internacional que agrupa a partidos ecologistas de todo el mundo (incluido el PVEM) publicaron un comunicado de prensa exigiendo resultados en la cumbre parisina.
Los Verdes hicieron un llamado a la unidad y convocaron a todo el mundo a manifestarse y demandar resultados claros a sus gobernantes.
Este grupo considera que la meta de 2 grados centígrados no es suficientemente ambiciosa y pide que ésta se fije en 1.5 grados.
“El fracaso no es una opción”, aseguran.
Por su parte, Christiana Figueres, internacionalista costarricense y secretaria ejecutiva de la ONU para Cambio Climático cree que los líderes del mundo saben que trabajan por sus propios intereses y eso hará que el acuerdo se logre.
Figueres está tan segura de que se logrará la meta de los 2 grados, que ha retado a cualquier miembro de la prensa parisina que sugiera que la meta no se conseguirá.
“Le cortaré la cabeza”, bromeó hace unas semanas la máxima autoridad climática de la ONU.
La anécdota
Del otro lado del océano, los candidatos republicanos a la presidencia de Estados Unidos reprobaron la participación de Obama en la cumbre.
Los líderes de la derecha del país que emite 30 por ciento de los GEI que afectan al mundo creen que su presidente es ingenuo y el discurso que pronunció en París no los convenció de que el cambio climático es una prioridad para el mundo.
Algunos de ellos todavía creen que la ciencia se equivoca con el calentamiento global.
Obama por su parte acordó liberar un paquete de 30 millones de dólares para ayudar a países insulares que ya sufren los trastornos climáticos.