Juan Pablo II se acerca “a pasos agigantados” a la santidad.
El proceso que lo llevará a ser reconocido como santo, dio un paso más tras la certificación de un grupo de médicos del Vaticano a un “milagro” atribuido a su intercesión.
Hace unos días, científicos de la Congregación para las Causas de los Santos reconocieron como inexplicable una curación que habría tenido lugar luego de insistentes rezos a la memoria del beato Karol Wojtyla, según reveló ayer el diario italiano La Stampa.
Ese trámite representa el primer escalón de cara a la santidad, pero ahora el “milagro” debe ser analizado y certificado primero por una comisión de teólogos y después por un grupo de cardenales.
Si todos dan su voto positivo, entonces el expediente será visto por el Papa Francisco.
Las normas eclesiásticas establecen como necesaria la certificación de dos “milagros” para que una persona sea reconocida como santa. En el caso de Juan Pablo II, su beatificación llegó tras la curación inexplicable del mal de Parkinson de la monja francesa Marie Simone Pierre.
Después de que la beatificación del Papa polaco se obtuvo en tiempo récord, apenas a poco más de seis años después de su muerte, la velocidad con la que está avanzando el proceso podría hacer pensar que la santificación podría llegar incluso en este año.
Otro más en el camino
El arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero fue asesinado en 1980, y es recordado por sus constantes críticas al gobierno de su país de origen.
Su proceso de canonización empezó hace 19 años, pero se paralizó sin explicación durante el papado de Benedicto XVI.
Ayer el Papa Francisco desbloqueó la causa y monseñor Romero, asesinado durante una misa, podrá seguir el camino hacia la beatificación.