Un apretón de manos no va a cambiar la deteriorada relación de dos países. El martes pasado, durante el Funeral de Estado de Nelson Mandela, el presidente estadounidense Barack Obama y su homólogo cubano Raúl Castro, protagonizaron uno de los saludos más comentados de la última década.
Más de medio siglo después que Washington cortó relaciones diplomáticas con La Habana, tales gestos entre líderes de ambos países han sido sumamente raros.
Aunque el apretón resultó esperanzador para algunas personas, The Washington Post consideró ayer que el mandatario de EU debería saludar a la disidencia que lucha por la democracia en Cuba, ya que merece mayor respeto del que el mandatario mostró hacia el cubano.
“Mientras Obama estrechaba la mano de Castro, gente valiente tratando de hacer valer las ideas de Mandela sufrían golpes y arrestos”, denunció el diario, haciendo referencia a una represión contra la sociedad civil que tuvo lugar en La Habana el mismo martes.
A pesar del saludo, Obama formuló una crítica implícita a gobiernos como el cubano cuando dijo que “hay muchos que expresan solidaridad con la lucha de Madiba por la libertad, pero no toleran el disenso de su propio pueblo”. (Fuente: Agencias)