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La invitación sin precedentes de la ONU para que México participe mañana en la conferencia de Ginebra II, que busca resolver la guerra de Siria, demuestra que el país ha dejado su pasividad en los conflictos internacionales.
Expertos coinciden en que el Gobierno mexicano tiene una política exterior más arriesgada desde que Jorge Castañeda encabezó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) durante la administración del presidente Vicente Fox.
Como prueba del nuevo involucramiento mexicano, el canciller José Antonio Meade se reunirá mañana en Suiza con representantes de países como Estados Unidos, Rusia, Irán, Australia y naciones que integran la Unión Europea (UE) y la Liga Árabe.
La postura de México sobre el conflicto sirio no ha sido contundente, pero sí ha destacado por ser distinta a la de Estados Unidos, lo que sigue una tendencia que el país ha seguido desde la década pasada, cuando votó en contra de la Guerra de Iraq.
Mayor relevancia internacional
Aunque el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, no detalló por qué México está invitado a Ginebra II, una de las razones es que la nación está destacando, junto con Brasil, como uno de los poderes políticos más importantes de Latinoamérica.
“En años recientes, tanto México como Brasil han logrado incrementar sus roles en la esfera internacional gracias a su robusto crecimiento económico. Eso les trae mayor involucramiento en decisiones que afronta la comunidad internacional”, expresó en septiembre pasado el analista Carl Meacham para el Centro para Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS).
“En este caso se trata de cómo responder al conflicto en Siria. Cualquier decisión unilateral de Estados Unidos ocasionaría críticas de parte de México y Brasil”, añade el internacionalista.
El acercamiento a este tipo de conflictos también está respaldado por la opinión de los mexicanos.
El 72 por ciento de la población opina que al país le favorece participar de forma activa en asuntos de alcance mundial, un aumento del 16 por ciento con respecto a 2006, reveló un estudio hecho por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
La encuesta, titulada “México, las Américas y el Mundo 2012-2013, Política Exterior”, también informa que 76 por ciento de los ciudadanos piensa que el Gobierno debe usar sus recursos diplomáticos para aumentar su influencia internacional.
“Existe apoyo limitado a que México acate decisiones multilaterales que no sean de su conveniencia, aunque hay respaldo a la participación de México en Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la ONU, en particular de carácter humanitario”, indica el estudio.
Para aliviar la situación de Siria, México ha distribuido 3 millones de dólares ente Turquía, Jordania y Líbano para apoyar a los damnificados en su postura de buscar la paz.
Postura no alineada con EU
Contrario a la creencia popular, México no siempre sigue los pasos de Estados Unidos en decisiones de política exterior.
En septiembre pasado, el Gobierno mexicano no fue parte de las 10 naciones que apoyaron a Estados Unidos en la Cumbre del G-20 para lanzar un fuerte exhorto a comenzar una intervención armada en Siria.
En esa ocasión, México se alineó con los países latinoamericanos de Brasil y Argentina para abogar por una solución pacífica.
Ahora, la prensa estadounidense percibe que el Gobierno mexicano suele tomar decisiones parecidas al del brasileño en cuestiones de política exterior.
“México ha permanecido discreto en el asunto de Siria. Como Brasil, el secretario de Relaciones Exteriores de México ha emitido un comunicado en el que condena las matanzas”, publicó Fox News en agosto pasado.
Analistas opinan que Estados Unidos, tras el escándalo de espionaje, no ha sabido definir a sus aliados, lo que le ha costado el apoyo en otras decisiones.
“Obama dijo que ‘a menos que hubiese una razón que lo ameritara’ Estados Unidos no espiaría a líderes de naciones ‘aliadas o amigas’. Pero nunca definió quién cabe en esas dos categorías: ¿Paquistán, India, México?”, publicó The New York Times el jueves.
En 2003, México tenía mucho que perder cuando no apoyó la invasión de Estados Unidos contra Iraq, pero los ciudadanoS creen que la nación debe seguir fomentando la paz.
“Se encuentra la contundente oposición de la población mexicana a la guerra, aspecto que debe ser tomado en cuenta en una democracia”, escribe Mireya Castañeda Hernández en el portal del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Las posturas mexicanas
En los conflictos internacionales México no siempre ha tomado una postura que apoye los intereses de Estados Unidos.
> 1962
Durante la crisis de los misiles soviéticos en Cuba, México rechaza el bloqueo económico promovido por Estados Unidos y vota en contra de expulsar a Cuba de la Organización de Estados Americanos.
> 1973
El Gobierno mexicano se opone al derrocamiento del presidente de Chile, Salvador Allende, quien era repudiado por Washington.
> 1983
México conforma el Grupo Contadora para apoyar la Revolución Sandinista en Nicaragua, que buscaba derrocar al Régimen de Somoza afín a Estados Unidos.
> 1992
Ante la Guerra Civil de El Salvador, México interfiere con los intereses estadounidenses al ofrecer el Castillo de Chapultepec como sede para firmar los acuerdos de paz.
> 2003
Por instrucciones del entonces canciller Jorge Castañeda, México vota en contra de la invasión de Estados Unidos a Iraq en el Consejo de Seguridad de la ONU.