El presidente Donald Trump aseguró que México no hace nada por los Estados Unidos, especialmente en materia migratoria, por lo que ha iniciado la construcción del muro fronterizo para poner punto final al cruce ilegal de personas.
Esta reunión forma parte de la campaña de Trump en contra de las llamadas ciudades santuario, es decir, aquellos lugares que mantienen un reglamento laxo frente a los migrantes indocumentados, por ejemplo, California.
Trump se reunió con dirigentes locales que se oponen a las políticas de California de no cooperar con las autoridades federales de inmigración, por ejemplo, no notificar a los funcionarios federales cuando las personas que viven de forma ilegal son detenidas.
El mandatario agradeció a los funcionarios y señaló que ellos habían resistido “valientemente las letales e inconstitucionales leyes estatales santuario de California”.
El presidente agregó que la ley en dicho estado proporciona un refugio seguro a algunos de los más “despiadados y violentos delincuentes sobre la faz de la Tierra”.