México también se divorcia de Reino Unido

Después del periodo de transición del Brexit, los acuerdos de la Unión Europea con México ya no beneficiarán a Reino Unido. Esto obliga a que el gobierno británico y mexicano firmen nuevos tratados
Viviana Bran Viviana Bran Publicado el
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Luego de tres años y medio de desencuentros y dudas, la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) es oficial a partir de hoy. Aunque el acuerdo del Brexit garantiza una ruptura suave y un periodo de transición hasta finales de este año, el gobierno británico deberá buscar nuevas alianzas después de diciembre, pues ya no se beneficiará de las relaciones comerciales que la comunidad mantiene con México y otros países.

México y el Reino Unido mantendrán por 2020 la relación comercial preferencial que han sostenido al amparo del Tratado de Libre Comercio Unión Europea-México (TLCUEM) desde el año 2000, como resultado del Acuerdo de Retirada entre la Unión Europea y el Reino Unido, de acuerdo con el comunicado publicado por la Secretaría de Economía este jueves.

El documento agrega que la relación entre México y el Reino Unido continuará beneficiándose de las preferencias arancelarias que prevé el TLCUEM. Esto desde la entrada en vigor del acuerdo el 1 de febrero y durante el periodo de transición del Brexit que concluye el 31 de diciembre, pero que es prorrogable hasta por 24 meses.

Violeta Rodríguez del Villar, académica del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comenta que ahora que el Reino Unido ha salido de la Unión Europea, el gobierno británico tendrá que negociar rápidamente acuerdos comerciales con aquellos países que considere prioritarios, de lo contrario, el tiempo que necesite para estabilizarse se alargará y el monto del impacto podría sobrepasar sus límites.

Asimismo, la investigadora asegura que los beneficios que el país obtenía a través de las relaciones comerciales con la UE irán desapareciendo en el transcurso del año, mientras dure el proceso de transición.

“Aunque el Reino Unido mantenga la tasa cero con la Unión Europea, los otros países del mundo que pertenezcan al acuerdo comercial europeo ya no podrán darle una tasa cero.

México tendría que cobrarle aranceles por las importaciones que reciba de Reino Unido y estará obligado no solo por el acuerdo, si no por la Organización Mundial del Comercio
Violeta Rodríguez del VillarAcadémica del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

“De inicio, aumentarán los precios y los aranceles, y en consecuencia habrá una reducción en la cantidad de bienes que comercialice”, explica la académica.

Ante estas posibles consecuencias, la Secretaría de Economía informó en el comunicado del jueves que en este momento explora, con las correspondientes autoridades de Reino Unido, los posibles escenarios de negociación con el fin de evitar un vacío entre la entrada en vigor de un nuevo acuerdo comercial y la culminación del periodo de transición previsto en el Acuerdo de Retirada.

Es importante mantener el vínculo entre los dos países porque Reino Unido fue el sexto socio comercial de México en 2018 entre los integrantes de la Unión Europea y a nivel mundial ocupó el lugar 18, con un comercio bilateral de 4 mil 633 millones de dólares y exportaciones de 2 mil 213 millones integradas en parte por productos como oro en bruto, semilabrado o en polvo; partes y accesorios de vehículos; cerveza de malta; computadoras y aparatos de telefonía, según la Secretaría de Economía.

Los productos importados por México desde Reino Unido durante el mismo periodo son automóviles; bebidas alcohólicas; motores de gasolina; medicamentos y antisuero y vacunas.

Esty Dwek, jefa de estrategia de Mercados Globales de Natixis IM, argumenta que la era difícil tanto para el Reino Unido como para la UE comenzará la próxima semana con las negociaciones comerciales con otros países, entre ellos México.

“Los acuerdos comerciales llevan años, por lo que no se espera un pacto integral, pero algunos acuerdos de menor escala con áreas específicas de pactos y conversaciones constantes son posibles… Ambos países se podrían beneficiar de un mejor escenario global y políticas fiscales más expansivas”, asegura Dwek.

Para lograr estos beneficios, los países cuentan con negociaciones recientes. En agosto de 2019, el secretario de relaciones exteriores Marcelo Ebrard y el secretario de Estado para Asuntos Exteriores y de la Mancomunidad de Reino Unido Dominic Raab firmaron la Alianza para el Crecimiento Sustentable e Inclusivo, acuerdo en el que manifestaron su intención de seguir fortaleciéndose en todos los ámbitos de la relación bilateral.

Los representantes de las dos naciones también acordaron trabajar a partir de una visión de largo plazo, alineando proyectos y programas a sus respectivas prioridades, entre las que figuran la promoción del bienestar social y la igualdad, el desarrollo regional, el fortalecimiento del multilateralismo y las acciones para hacer frente al cambio climático.

Para reforzar la cooperación bilateral, en ese momento, el Reino Unido confirmó que invertiría hasta 250 millones de libras esterlinas en programas de México durante el período 2019-2023 y que continuaría ofreciendo cada año a mexicanos hasta 60 becas Chevening para que estudien posgrados en territorio británico.

El internacionalista y politólogo Leonardo Sanmiguel Roldán agrega que la mayor preocupación comercial ante la retirada de Reino Unido de la comunidad europea es que podría afectar a los bancos y provocar la devaluación de la libra.

“Otra de las alarmas es que durante el periodo de transición para negociar nuevos acuerdos, los más afectados serán los bancos, quienes tendrán que sacar nuevos permisos y códigos. En este sentido, México tendría que analizar qué tanta presencia de banca inglesa tiene en todo el país, también, es probable que en el mercado latinoamericano se vean más libras circulantes”, comenta el también maestro en estudios europeos del Real Instituto de Estudios Europeos en Zaragoza, España.

El internacionalista Sanmiguel Roldán menciona que el gran reto del Reino Unido a partir de ahora será buscar alternativas para superar las barreras arancelarias que pueden establecer otros países porque ya no es integrante de la Unión Europea.

“La nación debe luchar contra los obstáculos que les van a imponer porque ya no cuenta con los privilegios de un socio, cuando se van, se van con todos sus problemas”.

La investigadora Rodríguez del Villar comparte el punto de vista anterior y agrega que así como el Reino Unido tiene grandes retos provocados por la separación, la Unión Europea también.

“La UE dejará de contar con el producto, la producción y población del Reino Unido, además de las aportaciones que el gobierno británico estaba obligado a realizar para sostener a aquellos países que no crecían de la manera esperada”.

La historia de una separación

El 1 de enero de 1973, el Reino Unido se unió al bloque europeo continental y fue hasta 2016 que decidió abandonar la UE. La propuesta de salida fue una de las promesas de campaña con las que el entonces primer ministro, David Cameron logró la reelección en 2015.

El 23 de junio de 2016, tras el discurso del ministro, un 48.1 por ciento de los británicos votó a favor de quedarse en la Unión Europea y un 51.8 por ciento se pronunció en contra.

El principal argumento de la campaña a favor de la salida fue que con el Brexit los británicos iban a “recuperar el control” sobre sus propios asuntos, en particular sobre sus fronteras, lo que permitiría un mejor control de la migración.

Para que el 31 de enero fuera la fecha oficial de la salida del Reino Unido de la Unión Europea fue necesaria la aprobación que por primera vez hizo la Cámara de los Comunes y la firma de la reina Isabel II.

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