‘Mi hija no es un criminal’; niña con parálisis cerebral podría ser deportada a México
El caso de Rosa María Hernández ha despertado polémica sobre la actuación de la patrulla fronteriza en la detención de una niña migrante que fue detenida al salir del hospital
Indigo StaffRosa María Hernández, la niña mexicana que padece parálisis cerebral y fue detenida este miércoles por agentes migratorios al salir del hospital, podría ser deportada una vez que se recupere de la cirugía que le practicaron y que un juez defina su situación legal.
Funcionarios de la Oficina de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) señalaron que el caso de la menor de 10 años será sometido a un proceso expedito que podría significar una detención de hasta dos semanas, informó Leticia González, la abogada que defiende a Rosa María.
La litigante explicó que la pequeña está detenida de manera indefinida. Aún cuando fuera eventualmente entregada a un tutor autorizado por el Departamento de Salud, su caso será procesado y podría ser deportada, pues ni ella ni sus padres son residentes legales.
Rosa llegó con su familia a Laredo hace un década, cuando ella tenía sólo tres meses de nacida, es decir, no conoce México, pues desde que tiene uso de conciencia ha vivido en suelo estadounidense; ahora podría ser deportada sin la compañía de su familia.
La menor era trasladado a un hospital de Corpus Christi la madrugada del martes cuando fue detectada por agentes de la Patrulla Fronteriza en un punto de inspección sobre la carretera 59, cerca de la comunidad de Ferr, Texas.
Por razones humanitarias, los agentes autorizaron que la menor continuara hacia Corpus Christi, sin embargo, fue seguida por un par de agentes fronterizos en un vehículo de la corporación, confirmó ICE en un comunicado.
La dependencia dijo los agentes “están comprometidos a aplicar las leyes de inmigración del país” y añadió que una vez que concluya la parte médica, su caso será procesado conforme a la ley. La menor fue detenida al ser dada de alta del hospital y trasladada a un centro migratorio.
Por si fuera poco, la madre de Rosa no ha podido ver a su hijas tras la cirugía, pues no puede acercarse a la niña por el miedo a ser detenida y deportada por los agentes migratorios. Quien acompañó a la niña al hospital fue una prima con ciudadanía estadounidense.
“No entiendo, mi hija no es un criminal que tenga que estar bajo vigilancia (…) No es justo, ella aún es joven”, declaro Felipa Cruz, la madre de la pequeña, para el portal Breitbart News de Texas y agregó que el caso representa un abuso.
Por su parte, Priscila Martínez, de la Coalición de Inmigración de Texas, que aboga en nombre de la menor, dijo que este caso es inusual, al haber dedicado la Patrulla Fronteriza tanto tiempo y recursos para seguirla, como si fuera un criminal de alta peligrosidad.
“Entiendo que los agentes migratorios tienen un tremendo deber de proteger a nuestra nación (…) Pero deberíamos dedicar nuestros recursos y centrarnos en amenazas más grandes”, señaló el diputado demócrata Henry Cuéllar, quien pidió que la niña vuelva con su familia.
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El caso ha hecho que activistas en pro de los derechos de los migrantes protesten para exigir que la Patrulla Fronteriza use su criterio en casos de menores enfermos que viven sin autorización en el país pero que aún necesitan trabajo Médico.
Este asunto se da en medio de la incertidumbre que ha generado la administración de Donald Trump sobre el futuro de los dreamers, es decir, jóvenes que llegaron a Estados Unidos siendo niños, y que ahora han perdido la protección otorgada por el gobierno Barack Obama.
Con información de Notimex, AP y Breitbart News