Estamos viviendo una época en la que la forma de pensar se está transformando; las mujeres entraron de lleno en una lucha para vencer al machismo y hacer visible que los hombres tienen el poder.
La búsqueda por la equidad también ha destapado situaciones que ocurrían desde hace mucho tiempo, pero nadie se atrevía a denunciar; violencia, abusos, brechas de género… Situaciones que están dispuestas a cambiar para bien de la sociedad.
El movimiento #MeToo nació en Estados Unidos, cuando la actriz Rose McGowan se atrevió a denunciar que el productor Harvey Weinstein abusó sexualmente de ella. Después, otras actrices siguieron sus pasos y el movimiento creció.
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#MeToo dejó de ser exclusivo del glamour hollywoodense y creció hasta llegar a lugares como China, donde las mujeres usaron ese caso como inspiración y motivación para atreverse a alzar la voz y denunciar.
En 2004, Luo Xixi, una estudiante de la Universidad de Beihang, en Beijing, intentó decir “no” cuando su consejero le pidió que lo acompañara al departamento de su hermana. Pero el consejero,
El hombre era el profesor Chen Xiaowu, de 45 años; en la universidad era conocido por se un destacado académico y el director gerente de China Computer Federation, una organización de académicos y expertos.
A pesar de la negativa de la joven, él insistió, porque necesitaba a alguien que le diera mantenimiento a las plantas de su hermana y él consideraba que “las mujeres deberían ser intuitivamente buenas” para hacer ese tipo de labores.
Cuando llegaron al lugar, Chen abordó a Xixi diciéndole que su esposa era “demasiado conservadora” y no eran compatibles en la cama. Con ese pretexto, el hombre se abalanzó sobre la joven e intentó abusar de ella.
Luo Xixi sólo logró detenerlo cuando le grito que ella era virgen; Xiaowu se detuvo y le dijo que lo que había hecho era sólo una “prueba” para ver su conducta y moralidad.
Ahora la joven vive en los Estados Unidos, pero no olvida lo que vivió en su país; después de que comenzó el escándalo Harvey Weinstein, Xixi sintió el valor que necesitaba para hacer público el episodio que vivió.
En su cuenta de Weibo (red social más popular de China) escribió una carta en la que cuenta detalladamente su experiencia. La firmó con el hashtag #MeToo.
En menos de 24 horas, su carta fue leída por al menos tres millones de personas. Luo, sin proponerselo, había logrado algo importante: hacer visibles los abusos sexuales en su país natal.
El caso tomó tal relevancia, que se crearon salas de chta secretas en donde mujeres hablaban sobre el caso del profesor Chen. Aunque el hombre negó las acusaciones, la Universidad para la que laboraba decidió despedirlo.
Actualmente, el movimiento #MeToo en China se encuentra en pleno desarrollo; las mujeres rompieron con el miedo y existen campañas publicitarias para informar sobre lo que está ocurriendo.
El gobierno de China se mantiene hermético ante la situación, aunque se sabe que una manifestación que se tenía planeada para el primer fin de semana de febrero, fue cancelada sin que se sepan los motivos.
A pesar de que en ese país la jerarquía patriarcal es más rígida que en el occidente, #MeToo parece representar el gran despertar feminista de las mujeres chinas.
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