Más de 2 mil 500 líderes mundiales, expertos y personalidades de alrededor de 100 países se reúnen desde el miércoles en Davos para el 44 Foro Económico Mundial. Pero las propuestas y soluciones brillan por su ausencia.
Los críticos señalan que, en un principio, el tema es demasiado vago: “La reestructuración del mundo. Consecuencias para la sociedad, la política y los negocios”. Los mismos expositores reconocen pocos avances.
“Es dolorosamente obvio para la mayoría del grupo de los líderes que no hubo mucho progreso el último año. El mundo está lleno de problemas crónicos, como el pobre desempeño económico”, escribió el martes el analista Don Tapscott en The Huffington Post.
Las principales problemáticas que se han discutido en Davos, sin mucha dirección, son el desempleo juvenil, la sobrepoblación, el cambio climático, la crisis energética y la desigualdad económica.
“¿Hay alguna razón por la que los más poderosos del mundo, que se reúnen en un exclusivo resort a beber coñac y comer panqueques rusos, deberían preocuparse? Pues sí”, publicó el lunes The Guardian en referencia a la pasividad de los políticos.
El conflicto en Siria, la violencia en Michoacán, los encuentros diplomáticos y el petróleo de Irán y su pacto nuclear opacaron la discusión de los otros temas.