Irán y Arabia Saudita son dos de los países más retrógradas respecto a la igualdad de género. Es por ello que, en el marco de la celebración, cientos de mujeres convocaron a través de redes sociales -de manera anónima y desde la clandestinidad- a realizar marchas y manifestaciones para exigir igualdad y fin a la violencia contra ellas, por el simple hecho de ser mujeres.
Como una manera de desafiar al patriarcado que se vive en estas regiones, las manifestantes han decidido no tapar sus rostros durante las marchas, a pesar de ser una práctica prohibida por las autoridades que podría traerles consecuencias y castigos graves.
Además, en Twitter, crearon el hashtag #IgualQueYo, el cual han utilizado para debatir sobre los retos que enfrentan como mujeres, y para denunciar y contar historias de las agresiones que han sufrido por los elevados niveles de machismo que predominan en la región.
Entre los relatos publicados por las mujeres árabes se encuentra, por ejemplo, el de una joven llamada Nahid Molavi, quien cuenta que al salir de la escuela, un hombre trató de abusar sexualmente de ella y cómo, al pedir ayuda, otras mujeres se acercaron y le dijeron que se callara, pues se estaba avergonzando a ella misma.
En otra historia, Hoda Amid relató cómo se le prohibió divorciarse, y el dolor y angustia que esto le provocó, pues fue amenazada con perder la custodia de su hijo si dejaba a su esposo.
Entre los reclamos que predominan se encuentra el hecho de que no tienen la libertad de abrir un negocio propio a menos que un hombre les dé permiso; los matrimonios arreglados, la imposibilidad de divorciarse a menos que el marido lo desee, la carencia de protección contra la violencia doméstica y el control extremo que se les ha impuesto a su forma de vestir.
En relación al tema laboral, más de la mitad de las mujeres trabajan sin contrato, carecen de derechos básicos, ganan sueldos muy por debajo de los que reciben los hombres, a pesar de tener estudios, y la tasa de desempleo para ellas es del doble que la de los varones.
A pesar de que falta mucho por avanzar para que la igualdad de género tenga cabida en el mundo, estos movimientos de lucha son los que, tarde o temprano, lograrán generar un cambio para modificar la realidad de violencia, injusticia y discriminación que miles de mujeres viven de manera continua.
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