Hace seis semanas en Estados Unidos habitaba la violencia. El Capitolio, el centro de la democracia norteamericana, fue tomado por protestantes que descalificaban los resultados presidenciales y buscaban justicia al respecto.
Sin embargo, lo único que obtuvieron fueron señalamientos en su contra y detenciones por interrumpir y violar la seguridad del recinto y la de los legisladores presentes.
Ante ese histórico momento, el pasado 15 de febrero la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunció la creación de una comisión independiente para investigar las causas y los hechos del asalto.
A través de un comunicado, detalló que esa decisión se tomó en cuenta luego de la evaluación que había hecho al respecto el general Russel Honoré, a quien el pasado 15 de enero la demócrata le encargó una revisión principal de la seguridad del Capitolio.
“De sus hallazgos y del juicio político (contra Donald Trump) se desprende claramente que debemos llegar a la verdad de cómo sucedió esto. Para proteger nuestra seguridad, nuestro próximo paso será establecer una comisión externa e independiente del tipo 11/9 para investigar e informar sobre los hechos y causas relacionados con el ataque terrorista nacional del 6 de enero de 2021”, puntualizó Pelosi en el documento.
Referente a la comisión del 11/9, Pelosi busca que, como sucedió hace 19 años con el gobierno de George W. Bush, se cree un grupo bipartidista integrado por republicanos y demócratas para que, juntos, esclarezcan lo sucedido; sin embargo, es ahí donde su plan se ve poco claro.
Es decir, mientras que en 2002 cinco integrantes de ambos grupos políticos se unieron para aclarar la violencia que posiblemente venía del extranjero, en esta ocasión el peligro puede estar entre ellos mismos.
“Sí es necesario que se lance esta comisión y que tenga las características que ella sugiere, pero no está fácil lograrlo y que sea verdaderamente bipartidista o representativo de los dos puntos de vista”, asume al respecto el profesor Juan Carlos Barrón Pastor, miembro del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM.
De acuerdo con el académico, en el caso de los demócratas no tienen la menor duda de que el ataque al Capitolio fue una maniobra de la extrema derecha que puso en riesgo la vida de los legisladores y del exvicepresidente, pero por otra parte, desde la derecha, los republicanos piensan que hubo infiltrados de movimientos de extrema izquierda, como Antifa, para desprestigiarlos.
“Este tipo de cuestionamientos, como cómo fue que se convirtió una manifestación pacífica en un ataque al Capitolio, si hubo provocadores o infiltrados, sí sería muy sano para la democracia estadounidense saberlo y para la opinión pública, pero lo que no sé es que sea posible una comisión con este carácter bipartidista”, agrega Barrón Pastor.
Estrategia demócrata para Capitolio
Antes de que Nancy Pelosi anunciara la creación de una comisión, la mayoría demócrata señaló al expresidente Trump de provocar el asalto al Capitolio -ejemplo claro fueron sus argumentos durante su segundo juicio político-; sin embargo, no hubo pruebas suficientes para establecerlo.
Así, debido a ese escenario y la mala fama que obtuvo el magnate entre sus opositores durante todo su mandato, se cree también que esta nueva comisión busque ir detrás de él y de los republicanos que lo favorecieron, sobre todo luego de que salió librado de su más reciente impeachment.
Raquel Saed, maestra de la Universidad Iberoamericana y especialista en política y medios de Estados Unidos, asegura en ese sentido que lo que está tratando de hacer Pelosi es mostrar la fuerza que no reflejaron los senadores.
“Algunos están pensando que ya no hay que seguir discutiendo sobre Trump, lo cual tiene algo de sentido, pero por el otro lado creo que es la intención de Nancy Pelosi y de los demócratas de no permitirle que intente acceder a algún puesto de gobierno en el futuro”, dice Saed.
Comisión del 11/9
Luego de 20 meses de investigación, en 2004 los integrantes de la Comisión Nacional de Ataques Terroristas a los Estados Unidos, entregaron su informe sobre el 11-S (u 11/9).
A través de 567 páginas, la comisión concluyó que los atentados fueron posibles porque el gobierno de EU no se imaginó la gravedad de la amenaza terrorista.
Según los integrantes de la comisión, uno de los problemas más graves que detectaron fue la falta de comunicación entre los distintos órganos de inteligencia, ya que los servicios secretos no compartían información, lo que impidió que se forjaran una imagen completa de los planes de la red Al Qaeda.
Esta comisión estuvo representada por Thomas Kean, un político republicano quien fue gobernador de Nueva Jersey de 1982 a 1990.