Israel amaneció sin mayores cambios. A unas horas de haber llevado a cabo sus cuartas elecciones generales en dos años, el político conservador Benjamin Netanyahu seguirá fungiendo como primer ministro.
Aunque la presidenta de la Comisión Electoral Central, Orly Ades, informó que los resultados oficiales podrían darse a conocer hasta el próximo viernes 26 de marzo, los pronósticos han señalado como evidente ganador a Netanyahu.
Minutos después de cerrar las casillas, fue el propio primer ministro quien confirmó y agradeció su victoria.
“Ciudadanos de Israel, ¡gracias! Le dieron una gran victoria a la derecha y al Likud bajo mi liderazgo (…) Está claro que una mayoría de los ciudadanos israelíes son de derecha y quieren un gobierno de derecha fuerte y estable que preserve la economía de Israel, la seguridad y la tierra. Eso es lo que hemos hecho. ¡Los quiero!”, tuiteó.
En las elecciones de 2019, el primer lugar lo obtuvo Likud, con 35 escaños; el segundo Azul y Blanco, con 32; y el tercero Shas, con 10
Al cierre de esta edición, los pronósticos señalaron que Likud, el partido del primer ministro, podría alcanzar 31 escaños en el Parlamento, el centrista Yesh Atid 17 y el ultraortodoxo Shas, ocho.
Para tener mayoría parlamentaria, el partido político que ganó las elecciones debe tener al menos 61 lugares de los 120 competidos. De no conseguirlos, podrían llevarse a cabo unas quintas elecciones en 2022.
En ese sentido, y para que el primer ministro Benjamin Netanyahu pueda seguir en el poder, debe formar una coalición en aproximadamente cuatro semanas, un grupo que le permita evitar una ronda electoral más.
De acuerdo con Sergio Escamilla, académico e investigador del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Iberoamericana, esa coalición podría llevarla a cabo Netanyahu con partidos derechistas, con políticos con los que se identifique.
Entre esos grupos, aparece en primera instancia Yamina, el partido de ultraderecha de Naftali Bennett, por ejemplo. Sin embargo, necesita más que eso.
Para la internacionalista Dora Isabel González Ayala, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, será interesante observar cómo, mientras se espera que el primer ministro conforme a su nuevo equipo, la oposición va tomando sus propias acciones.
De acuerdo con ella, es probable que los partidos de izquierda, como el Yesh Atid, del periodista Yair Lapid, y el Azul y Blanco, de Benny Gantz, busquen hacer coaliciones con tal de fortalecer a sus propios grupos políticos y así conformar un gran frente ante Netanyahu.
“Creo que ese es el objetivo y lo que hay que tener en la mira, porque sí se ve un aumento, tal vez no inmediato, pero sí un aumento de escaños en el Parlamento del centro izquierda”, detalla González Ayala.
Los desafíos de Netanyahu
Para llevarse la mayoría electoral, el primer ministro Benjamin Netanyahu presentó como carta principal el manejo de su gobierno ante la pandemia por coronavirus, un tema que logró popularizarlo.
Sin embargo, hay tópicos pendientes que, en caso de conseguir mayoría parlamentaria para continuar con su mandato, podrían entorpecer su nueva administración.
Uno de ellos está relacionado con sus acusaciones por corrupción, señalamientos que el fiscal general de Israel dio a conocer a finales de 2019 y que siguen sin solucionarse.
En ese sentido, el académico de la Universidad Iberoamericana, Sergio Escamilla, sostiene que, aunque aún no se le ha acusado formalmente -razón por la cual pudo contender en las elecciones-, en caso de que eso pase, sin duda Netanyahu deberá dejar su cargo.
“Israel es una democracia funcional, es un país desarrollado y una democracia madura a pesar de su corta vida. Por ello no es tan fácil que pueda deshacerse por un factor político u olvidarse de todas estas acusaciones. Si se logra comprobar algo, por supuesto que lo van a procesar. De hecho, Israel ha marcado una tendencia internacional, porque Netanyahu ha sido el único primer ministro que ha sido juzgado en ejercicio de sus funciones”, recalca.
Por su parte, la académica Dora Isabel González Ayala añade que otro de los retos del funcionario será su trato con el actual gobierno de Estados Unidos, tomando en cuenta que el conservador llevaba una gran relación con el republicano Donald Trump.
En ese sentido, se espera que, de llegar a conformar una coalición mayoritaria, Netanyahu logre seguir siendo el ministro que más tiempo lleva en el poder y, sólo así, pueda enfrentar sus acusaciones y las relaciones exteriores con otros países.