Edward Snowden podrá ser un soplón, pero sabe cómo proteger la información que posee de personas indeseables.
En una entrevista concedida a The New York Times la semana pasada, el excontratista de la NSA dejó en claro que ni China ni Rusia tuvieron acceso a los documentos clasificados con los que viajaba cuando salió de Estados Unidos, lo que podría calmar las preocupaciones de EU de que estarían en manos de espías de esos países.
Snowden asegura haber entregado todos los documentos al periodista Glenn Greenwald y la cineasta Laura Poitras, pero eso contradice las declaraciones que hizo su padre un día antes de que la entrevista se publicara, en las que asegura que su hijo “tiene más secretos que compartir”.