Nueva York despide a su ícono
Juan Pablo II era Papa, el euro entraba en circulación, Hugo Chávez sufrió un golpe de Estado y el primer “Big Brother” era estrenado en México cuando Michael Bloomberg tomó posesión de la Alcaldía de Nueva York.
Andrea B. Assuntohttp://www.youtube.com/watch?v=zUkLqTJHo4o
Juan Pablo II era Papa, el euro entraba en circulación, Hugo Chávez sufrió un golpe de Estado y el primer “Big Brother” era estrenado en México cuando Michael Bloomberg tomó posesión de la Alcaldía de Nueva York.
El político, filántropo y empresario estadounidense es el número 29 de la lista de los más poderosos de Forbes, con una fortuna de 31 mil millones de dólares y 12 años de carrera política en la Gran Manzana. Elegido para tres periodos, que iniciaron en 2002, primero como republicano y luego como independiente, Bloomberg asumió el cargo en una época difícil para la ciudad que sufrió los ataques del 11-S.
Hoy, 12 años después, tiene un reloj colgado en la pared del Ayuntamiento que marca la cuenta regresiva de los días y minutos que le quedan como alcalde.
El multimillonario, que no tiene despacho, sino una mesa en la que trabaja rodeado de sus empleados, detesta perder el tiempo.
En su empresa Bloomberg LP, el emporio de información económica y financiera, incluso quitó las sillas de las salas de reuniones para acelerar el ritmo laboral, informó ayer el diario El Mundo.
“Es increíble lo rápidas y centradas que son las reuniones de pie”, escribe el todavía alcalde en su autobiografía “Bloomberg by Bloomberg”.
El rey de la capital del mundo
Su combinación de liberal, conversador y filántropo encaja con la ciudad. Y su inmensa fortuna le ha ayudado a reducir la corrupción de su administración.
Bajo su mando, Nueva York se ha vuelto una ciudad más limpia y segura.
“Los neoyorquinos tuvieron suerte, o yo la tuve, o supongo que la manera correcta de decirlo es que todos tuvimos suerte de que esta administración haya sido elegida”, aseguró el alcalde en un discurso en el World Trade Center el pasado 12 de septiembre.
A pesar de que muchos le atribuyen los avances que ha tenido la Gran Manzana desde la caída de las Torres Gemelas, nunca se ha otorgado a sí mismo el crédito por las mejoras en la zona del ataque.
Dice que ha sido un trabajo en equipo de “los gobiernos municipal, estatal y federal, una inversión en conjunto y la formación de asociaciones con el sector privado”.
Es por ello que su mayor logro puede provenir de su sorprendente capacidad para trabajar en colaboración con otros líderes y para ayudar a todos a negociar metas alcanzables, aseveró The New Yorker el pasado 18 de septiembre.
El ícono y sus logros
El resurgimiento de la Gran Manzana tras el 11-S no es la única medalla que se puede llevar a casa Michael Bloomberg cuando entregue el puesto en enero.
Ha sido gran partidario de la transparencia. “En Dios confiamos. Todos los demás traigan datos”, es una de sus frases favoritas.
Y con su integridad, logró sacar a la ciudad de la crisis financiera y superar los daños que dejó el huracán “Sandy”.
Piensa tanto en el bienestar de los ciudadanos, que incluso hizo que los establecimientos de comida rápida indicaran la cantidad de calorías de sus alimentos. También intentó, aunque sin éxito, que se prohibieran los envases de medio litro de bebidas azucaradas para combatir la obesidad.
En seguridad, estableció el “Stop and frisk”, programa del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés) para detener y registrar a los peatones en busca de armas o contrabando.
Sin embargo, no solo ha tenido victorias. La brecha entre ricos y pobres se ha acentuado de manera alarmante. En la actualidad hay 50 mil personas sin hogar en la ciudad y 21.2 por ciento de los habitantes vive en pobreza, informó The Economist el pasado 18 de septiembre.
Pero esto se ha convertido en una pequeña mancha, casi invisible, en el historial de Bloomberg quien busca ensanchar sus horizontes de poder y de reconocimiento internacional.
Políticos y estrellas
Hay dos oficios en la política estadounidense que cumplen una doble función, una oficial y otra social. Uno es el del presidente porque es político y monárquico al representar la encarnación del Estado.
Lo mismo pasa con el alcalde de Nueva York, que además de ser política es teatral.
The New Yorker publicó el pasado 31 de octubre el reportaje “Election days, opening nights”, que habla sobre la manera en la que el gobernante de la Gran Manzana debe mostrarse ante sus ciudadanos.
Puede que sea por hacerle tributo a la ciudad que nunca duerme o por simple pasión, pero a lo largo de los años, distintos alcaldes se han mostrado públicamente como algo más que políticos.
Uno de ellos fue Jimmy Walker, cuya gestión inspiró el musical “Jimmy”, que se presentó en 1969.
Lo mismo pasó con su sucesor Fiorello LaGuardia (alcalde de 1931 a 1945) y la obra de Broadway titulada “Fiorello!”.
Anti-Bloomberg, el nuevo alcalde
El polémico candidato Bill de Blasio será el sucesor de Michael Bloomberg en el Ayuntamiento de Nueva York, según las encuestas de salida realizadas anoche.
La elección del demócrata fue “un rechazo contundente al estilo puro y duro del gobierno que reinó durante los últimos dos decenios en Nueva York”, informó The New York Times.
De Blasio ha llamado la atención de los medios y ciudadanos por su particular familia multirracial y sus ideales liberales.
Pero fue criticado por el actual alcalde por llevar a cabo una campaña racista y clasista.
“En comerciales de televisión y actividades públicas, De Blasio ha estado acompañado por su esposa -que fue una activista y poeta lesbiana- y por sus dos hijos, uno de los cuales tiene un afro tan grande que incluso ha generado comentarios del presidente Barack Obama”, aseveró ayer la BBC.
Una trayectoria con tinta permanente
• Lanzó reformas para mejorar las escuelas de la ciudad.
• Redujo el crimen. En 2012, hubo 419 asesinatos en Nueva York, el número más bajo en cinco décadas.
• Creó el número 311 para eficientar los servicios a los residentes.
• Diversificó la economía de la ciudad.
• Prohibió en consumo de cigarros en lugares públicos.
• Creó un seguro social accesible para más de un millón de neoyorquinos.
• Estabilizó el presupuesto de la ciudad.
• Lanzó el programa municipal de vivienda asequible más grande del país.
• Destinó mil de los mejores oficiales de la NYPD a la lucha contra el terrorismo.